La película de Cuando el destino nos alcance (1973) tuvo un profundo efecto en mi pensamiento, relacionando la comida prefabricada, con las sociedades de consumo en camino del mecanicismo en el sentido Orwelliano; totalitarias y principalmente de sabores artificiales.
Que mejor manera de evitar saber que haz perdido la libertad de elegir, que comer una amplia gama de alimentos en polvo producidos de la misma manera, pero con diferentes saborizantes, el Soylent Green de nuestros días.
Japón es un país avanzado tecnológicamente hablando, donde la gente no tiene tiempo de alimentarse correctamente, trabajan para no pensar y su comida artificial con su complejidad, contrasta con su atrasado sistema social, en parte responsable de la pérdida de la competitividad, en un lugar del mundo donde las películas para adultos vienen censuradas a su público objetivo.
Una película que ha roto a divido a los fans muchos culparán a sus director por querer reparar Los últimos Jedi, no es su culpa al final.
La historia de Manji, un guerrero samurái sin señor que ha sido condenado con la inmortalidad...
Del autor de Konosuba, Genzo Shibata es un luchador japonés que es transportado a un mundo de fantasía, quien está obsesionado con los seres peludos.
Película lanzada directo a video que nos cuenta una historia que parecería sacada de la Dimensión desconocida.
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