Intolerancia, clasismo, envidias, adulterios, complots son la materia prima conque se elabora una cinta que nos habla -quiero pensar- de los pueblos y sus gobierno, los hombres y sus relaciones, la Aristocracia y la Oligarquía con sus valores asfixiantes, contradictorios, que tienen un efecto inmediato en los nuevos ricos o la clase media alta que accede al poder y se canibaliza a si misma para mantenerse, aunque antes sean los borregos las víctimas iniciales que representan al pueblo dominado por el pensamiento masa.
El angel exterminador, puede ser la crónica del naco y la oligarquía criolla, esto es, del burgués nuevo que se impone sobre las clases altas por su poder económico, cuando estas colapsan definitivamente en el siglo XIX, sin la etiqueta ni la "clase" para asumir su nuevo estatus, quedando encerrado en un sistema que los asfixia y degrada.
Según mi perspectiva encontramos elementos de la Alemania Fascista de Hitler y de la sobreviviente España fascista de Franco. Más aún cuando Hitler es un prototípico modelo de oligarca criollo -de los que no tienen derecho de nacimiento, pero terminan desplazando a los que sí lo tienen-.
Desde esta interpretación se generan dos ciclos, exactamente iguales en propósitos, aunque simbólicamente opuestos en estructura, que dan el mismo resultado.
Nadie se va si no se van todos |
Los próceres de la moralidad, en necesidad pasan cuchillo |
Los que se han dado cuenta de su error demasiado tarde |
Al inicio diversas personas abandonan el palacio "antes" de que lleguen los "invitados" a la casa de los viejos aristócratas Nóbile, otros logran irse cuando estos suben las escaleras que los encumbran a las salas superiores, los menos atentos y más serviles se quedan en sus puestos mirando extrañados el comportamiento de sus semejantes.
La élite desentonada entre Nobles, ricos y salvajes |
La canibalización puede esperar. Los borregos primero. |
Al bajar y pasar a la Sala de estar, con el paso de las horas, todos listos están para marcharse, unos en alegres e hipócritas adulaciones y otros románticos conspiran en la noche, pero nadie se va y con el transcurrir del tiempo es claro que hay algo que les detiene y aprisiona, aunque todos lo niegan pese a la evidencia de la razón, algo se ha formado frente a la salida, invisible e inexpugnable que les impide marchar.
Brutalidad, crimen y traición, el verdadero rostro del poder oligarca. |
Cerca de ellos les ronda un oso negro juguetón que se divierte retozando en los amplios pasillos abandonados por sus dueños. Lejos de su encierro, en los alrededores del palacio, los exiliados no les pueden alcanzar.
El destino de la borregada |
No hay plazo que no se cumpla, el encierro está por terminar, para salir todos deberán "fingir" que están en la exacta posición que cuando entraron, simular que no ha pasado nada y que todo seguirá igual, aunque todo ha cambiado.
Todavía no se dan cuenta que tendrán que luchar por el poder, son amables. |
Las relaciones se van degradando y cada vez son más asfixiantes |
Aquí también llegó la peste.
Critica
Algo que odio del surrealismo es su incapacidad de expresarse sino mediante tintes a veces demasiado diluidos y demasiado abstractos, una maricona crítica que es sutil porque teme a lo que criticá.
Personalmente no soy alguien que se precie de entender o sumirse en el surrealismo poético, soy más bruto al interpretar, no me interesa la profundidad de los personajes o sus simbolismos, prefiero el lenguaje visceral y poco complaciente que Buñuel muestra en Los Olvidados (1950) o el "Quijote" religioso y puritano de Simón del desierto (1965) donde la crítica domina más que la retórica para no molestar a los gobernantes en turno.
Buñuel desarrolló su trama, cuyo punto de partida era una historia que se le había ocurrido hacia 1940, en su estadía en Nueva York, en la que un grupo de invitados a una cena elegante se veían obligados a permanecer en la mansión, sin que hubiese una explicación lógica de por medio.
El importante director español fue un paria, uno de aquellos seres que deben encontrar refugio, condenados a vagar en el exilio, aquellos que están destinados a codearse con la realeza y las élites, pero que caen en desgracia por algo tan desafortunado como una élite distinta en el poder de la que no habrá mecenazgo y sí garrote.
Esto le obliga a una visión pesimista donde sus ideales comunistas o de español republicano, según le convenía, condenaba las aberraciones del modelo capitalista que vino a reemplazar a la vieja y decadente Aristocracia de sangre azulina, donde lo real y lo criollo se mezclan por intereses que los hacen prisioneros en un lugar sin barrotes, en la eterna sala de estar del poder, consumiéndose a ellos y los que les rodean, lo que me lleva al refran, El que va a Sevilla, pierde su silla o quien se mueva no sale en la foto.
Vemos a la burgesia enamorando a la aristocracia y esta aceptando encantada, para luego ser condenada por los propios oligarcas, un juego que se repetirá entre viejos y nuevos oligarcas.
Como aclaración debo decir que es mi interpretación y dado que es el propósito del surrealismo ese juego, puede, como que no, ser acertado.
Calificación 7.7/10 |
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