Una cinta con poco más de 20 millones de dólares en inversión que apenas si recaudó 1.5 millones dólares en taquilla.
No se puede decir que sea una pésima adaptación, simplemente es una película sin brillo, una receta llena de clichés predecible que quizás con otro actor y en otra locación hubiera dado mejores resultados.
Brandon Routh no da el ancho, es un actor plano y sin recursos histriónicos, pero no se le puede achacar del fracaso, cuando la película se ve innecesariamente barata, aún cuando una cinta de terror y humor no son las películas que más presupuesto gastan.
Trama
Dylan Dog (Brandon Routh) trabaja como un detective privado que pasa la vida con su nuevo asistente Marcus (Sam Huntington), resolviendo casos menores, como infidelidades que nos les deja demasiado para vivir, pero a Dog no le importa, mientras lo mantenga ocupado y alejado de su antigua vida de detective de lo paranormal, algo que Marcus desconoce.
Sin embargo, un nuevo caso -que inicialmente rechaza- ofrecido por Elizabeth Ryan, lo hace volver a su antiguo trabajo, luego de que Marcus fuera asesinado por un Zombie gigante, quien ahora es un zombie. Cuyo culpable parece ser la familia de hombres lobos.
Crítica
La historia es lo más intragable de todo, un thriller mediocre con un desenlace ridículo que hace hoyos por donde se mire, por otro lado, Marcus reemplaza a Groucho Marx del cómic original para evitar problemas de copyright, quitándole buena parte de la gracia y el humor que esta cinta podía ofrecer.
La cinta nos lleva a la innecesaria escena de amor entre Dylan y Elizabeth, a la clásica debilidad de una bestia indetenible, eliminando a quien la invocó inicialmente, que lleva a pensar que quizás era una cinta que nunca debió llevarse a cabo.
Del montón.
Calificación: 4/10 |
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