El Infierno (2010): La crónica de nuestro México

Fue con la película La Ley de Herodes, que el PRI se despidió del poder en el año 2000 y entrase el "sonso" e "ingenuo" de Vicente Fox, quien recibió el país de las eternas crisis y del primer mundo de Salinas que nunca existió, pero cuanto vato pendejo se lo creyó.

El hombre de la Pepsi, la Chachalaca, al mando del nuevo gobierno, que prometió con su apego al capitalismo y la clase media alta, volver a México un país del primer mundo, pero que igual que Juan Vargas (Damián Alcázar) en La Ley de Herodes, demostró que al frente del poder hasta el más pendejote se puede corromper, en un mundo donde Si no transas, no avanzas.

Le siguió Calderón y el país, además de la profunda crisis a falta de un gobierno sólido y adecuado a las necesidades de México, y no a los intereses de países extranjeros e exportadores de alta cota, nos ha sumido en una guerra atroz en su búsqueda de consolidarse en el poder luego de su fraude de 2006, porque no se explica de otra forma su disparate, sin los recursos, las instituciones y los hombres adecuados a la tarea.

¿Cual violencia, cual desempleo?, el "FECA" dijo que eso, es cosa vieja.

Ya no es la insurgencia de 1810 en busca "supuestamente" de independencia, o la revolución del despropósito de 1910 que no resolvió nada, ahora es la guerra del narco de 2010 que desangra nuestra nación.

Mira para allá, magia.

El PAN por su parte, se encargó de crear divisiones profundas entre los mexicanos, basándose puramente en las clases sociales, creando ideologías perversas, desdibujando la izquierda, alejando a los neutros y centristas.

A falta de panteón, 'pus' bote.

Los del voto "inteligente", como un comentarista me dijo por ahí, o eran clase media alta y rica, o de plano vivían en marte, porque al final, el divisionismo sembrado por el PAN, benefició al mismo partido que sacó del poder, "hoy"; El Infierno, con Damián Alcázar, interpretando al aspirante a narco, ya no parodia al Priísmo institucional y sus excesos. Hoy  hace un retrato de Calderón y su bicentenario, en una país donde la desigualdad salta a la vista, donde la realidad es la eterna maldición de un país de pendejos, mediocres y criticones de lo morboso, que miran para otro lado.

Hijole mi 'Calde', ya se me fue al rancho con el pende del Fox, pero le queda su "nieto".

Hoy, El infierno del director Luis Estrada, es el epílogo de un mal gobierno, que entró a gobernar, sin saber realmente por que lo hacía. Benny (Damián Alcázar), el inmigrante que regresa a México, tal fuera viajero del tiempo, se encuentra con un México igual o peor que el que dejó hace 20 años, pero este México ha perdido la inocencia, se ha retorcido entre el estiércol, a desollado a la marrana y se la ha tragado cruda.

Y ni modo que hacerle el desaire al Chapito, no se vaya a alebrestar el Calde.

Recomendadísima para celebrar el Bicentenario, con muchas palomitas y pasar el trago amargo del regreso de PRI, al gobierno de este país.

Calificación 8/10