El resultado puede ser un poco perturbador para quien se decide a quitarle a otro lo que no puede conseguir por si mismo:
Un ladrón armado que intentó asaltar una tienda en Indianápolis, Estados Unidos, rompió en llanto y pidió perdón a una cajera del local luego de que la víctima se acercara al agresor y le hablara.
Gregory Smith rezó de rodillas junto a su víctima por cerca de diez minutos antes de quitar la bala a su pistola y entregársela a la empleada de la tienda. Luego, el hombre huyó con solo veinte dólares.
El sujeto le dijo a la cajera que tenía un hijo de dos años de edad por lo que le pidió rezar por el bienestar del menor.
El delincuente, un joven de 23 años de edad, se entregó a la policía al día siguiente del incidente.
La policía informó que se trata del primer caso en el que un delincuente se arrepiente de sus acciones en pleno robo.
El dependiente de una tienda de Nueva York perdonó, regalando dinero y pan a su atracador. Tras defenderse con una escopeta, vio cómo el ladrón, que le amenazaba con un bate, se puso de rodillas y le pidió perdón. El caco aseguró que robaba sólo para dar de comer a su familia, ya que llevaba un mes sin dinero. Después de ver la reacción del asaltante, el dueño del negocio decidió dejarle marchar con pan y algo de dinero, y ha asegurado que no presentará cargos.
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