La película que podría llamarse parte del tardío grupo de cintas sobre el Futuro nuevo que hicieron su aparición a inicios del siglo XX de la mano de uno de los dos padres de la ciencia ficción; Julio Verne.
Era el tiempo de las promesas de la industrialización, el cambio de paradigma de los reinados e imperios a democracias y comunas, la burguesía, el paciente resultado de la Ilustración y la retórica de la lucha de clases de la izquierda de la revolución francesa, el socialismo de Karl Marx al socialismo utópico de Friedrich Engels.
Un futuro tontorrón y sin límites, de una vida útil y feliz, en armonía, Verne por ejemplo; proponía en su libro "El secreto de Maston" que un grupo de personas intentaban cambiar la orientación del mundo disparando un cañón, fallando porque a sus cálculos les faltaban unos cuantos ceros o en "De la Tierra a la Luna", la tontería de disparar una bala gigante de cañón para lanzar a un grupo de gente a la Luna... ja, ja... bueno, sería gracioso si lo segundo no se hubiera cumplió, explicando la idea de que la ciencia ficción inspira a la realidad o un testamento de lo que ya las cabezas de su tiempo desean para su futuro, y el primero, era el sopesar las expectativas de lo posible de nuestros ideales comparado con los rigurosos imposibles de la ciencia.
La última película de futuro romántico. |
El futuro que nos robó el pesimismo de finales de los años ochentas a lo largo de los noventas, donde aquellos imposibles y expectativas se morían en el realismo de H.G. Wells producto de una crítica social y la decepción en los prometedores sistemas en boca de todos que se ampliaron con George Orwell y Aldous Huxle.
La "novedosa" propuesta de Star Wars del futuro viejo, del futuro cansado luego de salir del pesimismo americanista de la guerra de Vietnam y la agonizante era del Cine Monumental, dejamos de soñar y convertir el futuro en un signo de nuestro presente, de nuestras desviaciones y falta de virtudes, sin opción a tontear o la inocentada, el pesimismo ha convertido ineludiblemente Tomorrowland o mundo del mañana, en el depresivo mundo del presente.
A la gente ya no le atrae el futuro, esa sensación de esperanza a lo nuevo se ha perdido, el querer alcanzar una época ya no entraña un misterio, ni encierra una magia cargada de ganas de aventura, de descubrir lo nuevo.
No hay coches voladores, ni chaquetas que se secan solas, ni zapatos deportivos con ajustador automático o máquinas que hidraten pizzas en un segundo, se han perdido en un mundo de sueños rotos y miradas vacías de una Tierra decadente.
Descanse en paz, 21 de Octubre, el día en el que el futuro murió y trágicamente, se ha vuelto un día más de nuestro fugaz pasado.
Comentarios y Consultas
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4 comentarios:
Me parece demasiado fatalista el post; si, no se ha avanzado tanto como se esperaría (aunque en otros aspectos si como el Internet o los dispositivos móviles) a fin de cuentas BTTF se une a la inevitable lista de trabajos de ficción que fallan en acertar como sera el futuro, tal vez para los avances que se vieron en las películas no transcurrirán 3 décadas sino 1 siglo o mas
ResponderBorrarLo que digo es real la última película de ciencia ficción clásica donde había expectativas por el futuro en el cine fue Volver al Futuro, de allí en fuera la Ciencia Ficción actual tiene bases más centradas en el realismo o cuestiones distópicas o post-apocalípticas.
BorrarEh, que Verne fue un visionario, sin él no hubieran existido los submarinos.
ResponderBorrarMe temo que no, el submarino parte de la idea de la exploración de las profundidades marinas, Verne no inventó el concepto, más bien recolectó ideas de su tiempo ya asentadas en el tema.
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