La trama nos habla sobre Paul Stephens (Christopher Collet), un chico que construyen una bomba nuclear casera como parte de su proyecto escolar, robándose un componente radiactivo del que filtra el plutonio, obtenido de una base secreta donde trabaja el nuevo amigo de su madre, John Mathewson (John Lithgow).
Vemos a una pequeña Cynthia Nixon como novia del protagonista. Mientras que Christopher Collet, una promesa del cine que nunca pasó de su etapa adolescente, arruinaría su carrera en el mundo de los telefilmes, John Lithgow por su parte siempre ha sido un actor sobrio que cumple con el papel que asume como Científico.
Tuvo un presupuesto de apenas 1 millón 500 mil dólares, recaudando en Estados Unidos casi 4 millones, un modesto éxito, aunque no fue tan afortunada para alcanzar el estatus de clásico como Juegos de Guerra.
La trama que en un principio parece absurda, en especial por ese componente casi mágico que es el "plutonio concentrado" o la facilidad con la cual Paul crea su bomba casera en el garage.
Como sea, es una película con bases científicas reales que dan verosimilitud al relato, aun cuando hacer un dispositivo atómico no es tan sencillo de crear como poner en una esfera el plutonio lleno de explosivos para replicar un detonador de plutonio o una cabeza detonadora. Pues se requiere de una precisión enorme y varias capas explotando coordinadamente para lograr una reacción en cadena uniforme y simétrica.
Por el lado de la acción, la forma en que Paul ingresa en las instalaciones es por demás brillante y bien llevada, que en ningun momento da la apariencia de usar recetas fáciles, algo curioso con un director como Brickman de origen brasileño, siendo su última película en los Estados Unidos, dedicándose a los documentales.
El final es de lo más convencional como otras películas del género en los años ochentas del siglo veinte de evitar que se altere el Status Quo del mundo real o la imposibilidad de que un filme para adolescente termine mal.
Aún así es una película que puede dar lecciones de acción basadas en la lógica y sin caer en la mala ciencia de muchas películas cuyos principios científicos son absurdos fuera de los tópicos obligatorios de la época dictados desde las salas de ejecutivos de las productora.
No es una película imprescindible, pero si te gusta el género y se perdonan las tramas de los años ochentas que tendían al público infantil, es más que recomendable.
Calificación: 6.9/10 |
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