Las dos cintas serían las fuentes de arte y estilo narrativo de Batman: la serie animada (1992), junto a la serie animada de Superman (1941).
Además de Michael Keaton, Danny DeVito y la bellísima Michelle Pfeiffer componen un gran reparto de lujo donde destaca el desarrollo del personaje del Pingüino.
La película finalmente no tuvo la misma acogida entre el público y la crítica que la primera parte, aún así, recaudó 45 millones de dólares en su primera semana de estreno de los 80 millones que costó, mientras que gracias a las ganancias mundiales recaudó 282 millones de dólares y recaudando más de 100 millones solamente en renta de películas, en plena era de los videoclubes.
Nuevamente la banda sonora está a cargo de un Danny Elfman en plenitud, que hace ligeras mejoras de ritmo a la banda sonora de la primera parte.
Trama
Un niño es abandonado a su suerte en las cloacas de Ciudad Gótica por sus padres debido a que era un horrendo monstruo deforme, años después la ciudad se prepara para las celebraciones de navidad.
Max Shreck (Christopher Walken), un corrupto empresario, improvisa su discurso luego de que su secretaria, Selina Kyle (Michelle Pfeiffer), olvidara traerlo, para un evento que tiene un abrupto fin, cuando una banda de criminales llamada el Circo triángulo rojo, aparece y comienzan un gran alboroto.
En la confusión Shreck es secuestrado, Batman es llamado para encargarse de la banda de forajidos a quienes derrota con demasiada facilidad, tiempo después, aparece milagrosamente Shreck sin ningún daño, quien en secreto ha sido llevado por los secuaces del monstruoso Pingüino para una "entrevista", quien le sugiere asociarse con él para averiguar sobre su pasado y de los padres que le abandonaron, de otra manera mostrará sus trapos sucios al público, en especial los deshechos tóxicos de sus fábricas.
Este acepta, encontrando la oportunidad que necesitaba para abrir una planta nuclear que el alcalde Hill (Michael Murphy) había vetado. Esto tendrá una consecuencia directa sobre Selina Kyle, quien descubre las estrategias sucias de su jefe, quien la arroja por la ventana al descubrirla.
La chica sobrevive milagrosamente -o por acción de las toxinas en los gatos-, renaciendo como una demente mujer que a sí misma se llama Catwoman. Tiempo después, el Pingüino hace su aparición pública salvando a un niño del Circo triángulo rojo, atrayendo la atención de los medios de comunicación, en el plan de Shreck para postularlo a alcalde de la ciudad.
Batman sospecha que el Pingüino está detrás de la desaparición de varios niños y de que al mismo tiempo está al frente del Circo triángulo rojo, que al parecer lo adoptó, volviéndose su líder y tirano.
Crítica
Si la tomas desde un punto de vista realista, sin matices e ignorando el contexto como adaptación de un cómic, es una película con un guión absurdo, centrista y poco estructurado. Pero si tomas la idea general del mundo donde se desarrolla la trama, puedes ver la genialidad y coherencia argumental del relato.
Se nos cuenta una historia que viene heredada desde Batman (1989), donde Ciudad Gótica no solamente es una ciudad corrupta y con el crimen rampante a la orden del día -que es responsable de la creación de Batman-, sino que además, es una ciudad que sufre de los excesos de sus empresarios y políticos, que la han ido contaminando poco a poco, provocando el nacimientos de seres deformes y dementes.
Estos deshechos tóxicos que transformaron a Jack Napier en el Guasón, luego fueron responsables de la mutación del pingüino que lo condenó a ser abandonado por sus padres y finalmente convertir a la tímida e insegura Selina Kyle en la lunática Catwoman, quizás responsable por igual de la locura imperceptible de los habitantes y los niveles de crimen de la ciudad.
Esto forma un circulo vicioso, donde la locura permea todos los habitantes de esa infernal ciudad, ricos y pobres, empresarios y activistas, héroes y villanos, quienes combaten entre sí en un estado de locura permanente.
Mientras la primera parte era una cinta construida de la nada, mezclando géneros, entre entre el relato gótico de Allan Poe, el cine negro y el glamour de los años cuarentas y cincuentas del siglo pasado, en esta segunda parte, Tim Burton tiene claramente definido su visión de Batman, hasta un punto donde exagera hasta lo bizarro, introduciendo sus propias ideas, que luego veríamos como su sello personal en The Nightmare Before Christmas (1993) y El joven manos de tijera (1990).
Las películas que siguieron terminaron en el declive de la franquicia, en parte por el interés de Warner de hacerlas más familiares y reducir el costo operativo, rechazando la adaptación de Batman: Año uno (1987) de Frank Miller, propuesta por Joel Schumacher a quien se le asignó la dirección de la película Batman eternamente (1995), reemplazando a Tim Burton, que fue la segunda película con mejor recaudación -más de 300 millones-, y que se "adornó" con en el fracaso de Batman y Robin (1997) que era un intento de volver a una mecánica del Batman y Robin de la serie de Televisión de los sesentas, pero que fue un tremendo fracaso de taquilla, solamente la inversión de la película fue de 125 millones de dólares, sin contar la campaña de promoción, recuperando 130 millones y 50 millones en rentas.
No voy a hacer un reseña de estas dos últimas, porque no tienen ningún valor cinematográfico, salvo el sentido comercial, de una saga que pudo dar más de sí -o no-, pero se quedó en el camino, presa de las mentes oportunistas de los ejecutivos de la productora.
Recomendable.
Calificación: 7.2/10 |
Comentarios y Consultas
Los mensajes serán revisados a veces. No te olvides que soy una persona, no se trata de faltar al respeto, todos tenemos opiniones, no hay que enojarse.
Puedes marcar Notificarme para recibir la notificación de la respuesta.