Nominada en 2005 para dos premios Oscar y premiada en festivales como el Bangkok International Film Festival es una buena película que careció de una buena fotografía y un guión que la volviera inolvidable. El final desde luego totalmente francés, bellamente emotivo.
Como fuere es un recomendación especial, para aquellos que como yo, disfruten de películas dedicadas a la música; orquestas sinfonicas y coros, en este caso niños cantores franceses.
Trama
Clément Mathieu (Gérard Jugnot), un concertista de música fracasado, acepta un puesto como vigilante en una escuela para niños huérfanos de la segunda guerra mundial y problemáticos que son llevados por la mano dura del director de la escuela, Rachin (François Berléand).
Pero para Mathieue enfoque es equivocado, y antes de la disciplina, prefiere ganarse la confianza y respeto de sus pupilos, pronto descubre que su olvidado interés por hacer música renace.
A regañadientes del directo forma un coro donde descubre que uno de sus alumnos de nombre Pierre Morhange (Jean-Baptiste Maunier) tiene una extraordinaria voz. Para su coro compone noche a noche partituras nuevas, que le van agarrando aprecio.
Toda parece mejorar, inclusive la relación con el irascible director, pero la llegada de Mondain, un nuevo alumno que es culpado del robo de los fondos de la escuela, hace que el director prohíba el coro.
Mathieue pasará a la clandestinidad para intentar mejorar la condición de sus alumnos.
Critica
La película tiene todos los elementos para ser un gran producto como cinta de Drama y Musica, como ocurrió con Le Concert (2009), que revisamos anteriormente, pero siento que finalmente le faltó un poco más de desarrollo en la historia de los niños, en la que Jean-Baptiste Maunier se come literalmente el tiempo del metraje, creando deficiencias o tendencias argumentales que dificultan la empatia con los personajes y le resta profundidad al relato, quizás es demasiado optimista para mi gusto y no parece que al protagonista realmente le cueste llegar al clímax de la cinta.
Pépinot, el niño más pequeño del grupo de niños salva la película con un bonito final-epílogo digno de verse.
La fotografía tampoco es una maravilla, usando planos fijos y tomas bastante clásicas que no son capaces de realzar un relato costumbrista. Esto contrasta con un maravilloso soundtrack que le ha dado la fama al coro verdadero.
Por esta y otras cosas más
Calificación 7.5/10 |
Comentarios y Consultas
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1 comentarios:
vao (guau)
ResponderBorrarbuenísimo