La piel vendida (2004): Review y opinión del documental Crónica del cine para adultos

La piel vendida, es un documental dirigido por Vicente Pérez Herrero sobre la elaboración de cine para adultos en España y la forma en que sus sin sabores la ubican como una industria en crisis.

El cine "establecido" para adultos, siempre ha tenido carencias y debilidades, es hasta el inicio de la era de las redes que tuvo la necesidad de ser más ahorrativa.

Pequeñas compañías dedicadas a los videos amateur les han robado una gran porción del pastel y no es para menos; la industria nacida bajo la tutela de la mafia está presente desde que la fotografía surgía a inicios del siglo XVIII, se beneficia y perjudica de las innovaciones tecnológicas, que al ser tan accesible, permite a cualquiera hacer este tipo de cine con recursos mínimos.

Bibiana Norai

Bibiana Norai es una de esas mujeres que salen por la puerta del agotamiento de un trabajo, que como su cara operada, está llena de "remiendos", una industria languideciente del desencanto, una burocracia del sexo con cánones demasiado ambiguos y obsoletos, o que simplemente no han sabido manejarse en su propio negocio, convirtiendo el erotismo en un vació acto sexual, que bien a bien no refleja las necesidades de sus clientes.

Desde que vi la primera película gringa de este tipo, supe que no era para mí, demasiado vulgar, encasillado a los mismos recursos dramáticos, sin juegos propios del erotismo, un acto artificial sin emociones, adulterado. El ¡Oh yeah, Yes dady, Oh yeah... ! es el eslogan del aburrimiento sexual, propio de gente sin refinación alguna, para los pueblitos marginales, pero para un público que espera mejor contenido que solo ver dos animales simulando que se reproducen.

Nacho vidal ("actor"), explica mejor esta industria basada en el estilo gringo:

"La gente que mira pornografia, quiere ver pornografía, la gente que quiere ver cine, quiere ver cine ..."

Anastasia Mayo

No podría estar más en desacuerdo con lo que ha dicho, es cierto que las mujeres, que no actrices, de este cine, salvo el maquillaje y el cuerpo, son unos trozos de carne inmóvil. Donde sus deseos se suprimen, donde su rostro se reduce a una sola mueca.

Para muestra Anastasia Mayo, cuyo único trabajo, según sus propias palabras: es dejarse follar, punto. Porque incluso sus falsos gemidos se originan en un doblaje precario.

El sexo vende, pero una cara desencajada y fingida no engaña a nadie, como las series ochenteras con su doble moral, aprende a disparar, pero que no te oigan "fuck", porque las cosas se complican en un mundo donde la hipocresía está a la orden del día.

Este documental es muy revelador, una vez lo miren, quizas tengan una idea distinta y de plano se decidan a pasar de largo de comprar este material, si algo odio más que una mala actuación, es el sexo forzado, que bajo contrato, mujeres y hombres lo hacen sin deseo, prostitución pura.

Género: Documental
Director: Vicente Pérez Herrero
Año: 2004

Calificación: 7/10