Three Mile Island: Recordando el más grave accidente nuclear de los Estados Unidos

Las chimeneas de enfriamiento, en medio, el doble reactor.

En la planta de energía nuclear de Three Mile Island, ubicada en el río Susquehanna del estado de Pensilvania, ocurrió el 28 de marzo de 1979, el mayor desastre nuclear de la historia de los Estados Unidos. Aunque comparado con Chernóbil, el mal fue demasiado pequeño.

Consistió en la falla del sistema de monitoreo de la temperatura del reactor TMI-2 (Abreviación de  Three Mile Island), en conjunción con errores humanos, que hizo que el núcleo del reactor se fundiese parcialmente, desvaneciendo la protección de hormigón del edificio de contención, que gracias a protecciones adicionales de seguridad no pasó a mayores, aunque tuvieron que pasar dos décadas para limpiar el reactor a un costo de 1000 millones de dólares.

El incidente no sólo demostró que las plantas nucleares no eran tan seguras como se presumían, sino que sociedades mal preparadas y sobre informadas podrían entrar fácilmente en estado de pánico. Tuvo que ir el presidente Jimmy Carter a las instalaciones de la planta nuclear para calmar a la opinión pública y hacer que regresaran algunas mentes a la realidad.

El filme "The China Syndrome" (1978), que fue estrenado una semana antes del incidente, el 19 de marzo de 1979, habla de un accidente ficticio que "casi terminaba" con la explosión de la planta nuclear curiosamente por un problema similar, un error en el equipo de monitoreo, cosa que influyó negativamente en la población, peor aún, en la trama se dice que un accidente de este estilo, obligaría la evacuación de una región del "tamaño de Pensilvania".

Como curiosidad, en los registros del gobernador de Pensilvania en ese entonces, Richard L. Thornburgh, se muestra que mientras él estaba esperando comunicación con el National Research Council (NRC), encargado de la investigación y manejo de la crisis, sonaron los altavoces de ataque antiaéreo. Al parecer algún impaciente burócrata no esperó a las órdenes del gobernador y en su pequeña crisis interna, metió un miedo innecesario a la población que no pudo ser calmado hasta que llegara el presidente del pais.

Hasta el accidente de Chernóbil de 1986, este accidente era considerado el más grave de la historia de las plantas nucleares, pero a diferencia de su contraparte rusa que se ocultó, los norteamaericanos aprendieron pronto la lección, agregando estrictas regulaciones y nuevos procedimientos tendientes a evitar un desastre mayor.