Mejor episodio del mes de Enero de 2015: Ronja, la hija del bandolero: La disputa sin fin parte 2

Esta sección tenía mucho tiempo de querer hacerla, desde el episodio 345 de Naruto Shippuden "Estóy en el infierno" emitido en enero de 2014, pero con lo demandante que resulta abrir más secciones no lo hice y aunque no prometo seguir en una sección semanalmente, creo que ya he dejado pasar demasiados episodios que valían la pena recomendar, esta es la oportunidad perfecta para hacerlo.

 Los factores para aparecer en esta sección es un conjunto de elementos desde la perspectiva de la crítica especializada donde se conjugan una narrativa/actuación potente, una musicalización efectiva y un trabajo de dirección/arte destacable, tenía como mejor episodio hasta el momento al primer episodio de Death Parade, pero como lo estoy revisando no viene al caso, además de que dista de ser redondo.

Sanzoku no Musume Ronja (2014), en su episodio 16 titulado "La disputa sin fin; Parte 2", merece este puesto indiscutiblemente.

Debo decir la verdad, yo esta serie la consideraba una serie infantil que si bien tenía muchas cosas interesantes, era mi patito feo de la semana y solo la vi cuando ya no había nada en mi calendario de series de animación, este episodio veo recompensando mi esfuerzo.

El episodio forma parte de un arco -no sé de cuantos episodio-, pero ya en su recta final, Ronja, la hija del bandolero es una serie animada que es una adaptación de la novela homónima de la escritora sueca Astrid Lindgren, sobre la hija de un bandolero de nombre Mattis, un hombre de buen corazón pero que es absorbido por el odio contra la banda rival liderado por Borka, su amigo de la infancia, heredando el odio de su padre, lo que aumenta cuando este último invade una parte de su castillo.

En el inicio se exhibe al pequeño Birk golpeado para pedir a su padre deje el castillo.

La disputa sin fin parte 2 se trata de la captura de Birk, el hijo Borka, quien tiene un lazo de amistad con Ronja. A pesar de que Birk le salva la vida a su hija y desconociendo el hecho, Mattis le captura y exhibe como trofeo ante su gente, eso desata la furia de Ronja.

Pronto aprende Ronja la cara del odio verdadero que su padre guarda y ella decide estar presente cuando Mattis ordene a Borka desalojar su castillo, a lo que Borka concede.

Este episodio es verdaderamente dramático y la musicalización es muy emotiva.

Con uso muy sabio de las pausas y las entradillas, nos trasportamos en un instante pequeño y específico de las vidas de los protagonistas que son un verdadero crisol de emociones, Ronja imagina lo que será de su pequeño amigo y decide tomar acción.

Esto es casi un tabú, es subversivo... me encanta.

Recuerda a Birk quien la reta a saltar la caída del diablo, nombre con que se define al espacio derrumbado a la mitad del castillo, en notable uso del flashback, es un misterio la causa de que casi nunca sea usado en la animación occidental.

El empleo del flashback es acertado como un refuerzo en la narrativa.

Ronja salta el espacio que hay entre ambos grupos, que en un sentido literario representa la separación entre dos familias, la entradilla musical es bastante emotiva y con diferencia de todos los demás episodios, se pone mucho empeño en la musicalización, entendiendo que están en la parte más importante del clímax de la historia.

Ronja saltando la caída del diablo para salvar a Birk.

Los papeles se invierten y Borka ahora ordena a Mattis le devuelva a su hijo y devolverle a la suya, sin poner condiciones previas como Mattis. La escena no rompe con la personalidad de cada personaje, ni da una recompensa a Ronja por su acción, igual es tratada por cada personaje según su propio criterio.

Ronja no es recompensada, ambos bandos se portan mal.

Mattis, quien tiene una personalidad testaruda y reaccionaria hasta el punto de lo infantil y lo unidimensional, desconoce a Ronja como hija, aunque devolverá a Birk, lo que termina por romper la feliz familia de Ronja.

Su padre la desconoce como hija.

Son conmovedoras las escenas subsecuentes de la reunión de Birk con sus padres, Ronja dice que Birk le salvo la vida y está en deuda, cuando llama a esta hermana, su madre sabe que eso puede significar algo más en el momento que crezca y siendo enemigos jurados está fuera de toda cuestión, es un no rotundo, aunque Birk mantiene su dicho.

Una relación que rompe otra.

El padre de Ronja está abatido y el ánimo de todos está por los suelos, la relación entre Ronja y su padre está profundamente rota.

Cuando el padre que te protege se vuelve tu enemigo.

El final del episodio se acompaña de una hermosa canción sobre un padre que defiende a su hijo de un lobo (una variante de la canción de cuna del episodio 1), ofreciéndole un pedazo de pollo, amenazando con matarle si osa atacar a su pequeño. Que es la parte importante del episodio cuando esta relación de protección entre un padre y su hijo es tocada severamente, Birk mira hacia donde está Ronja pensando en alejarse de ese odio que corroe ambas familias como un lobo hambriento.

La metáfora sobre la relación de los padres e hijos.

Calificación:9.1/10

Crítica
Es de halagarse la producción de este episodio donde echan la casa por la ventana en dirección y guionización, es emotivo y en completo control de sí mismo, sus reglas, significados y personajes, realmente me ha tocado el corazón hasta el final, la capacidad para imprimirle significados a un nivel tan alto lo vuelven redondo y digno de envidia.

Me ha tomado su tiempo hacer esta reseña, pero creo que vale la pena darle una oportunidad a esta serie, parece infantil y con un personaje que puede parecer molesto al principio, pero nada más lejos de la realidad y se convierte en una historia muy concisa a un nivel que las series actuales no aspiran.

Siento muchas ganas por adquirir la novela, aunque prefiero quedarme con la duda hasta que la serie termine.

Si bien es cierto que un buen episodio no es un síntoma de una gran serie, de la misma manera que ocurre con mi opinión general de Naruto Shippuden, que además de no ser buena, no he visto la gran mayoría de sus episodios, a veces es cuestión de pura suerte descubrir esa joya en bruto que espera ser hallada por una mano sabia.

Imprescindible.