Sismo en el DF, sustos y una que otra vela caída: La crónica

Lo primero que supe es que era un terremoto terriblemente duro, debo confesarles que el terremoto de 1985 fue el más aterrador que he sentido en mi vida, ni siquiera podía levantarme del piso, pero este casi me tiraba al suelo, estrujaba las paredes, el cuarto de baño se deformó tirando el tubo asido para la cortina, ya enfilándome a la puerta olvide las llaves, salí sin nada, ni credencial, ni documentos, ni radio, ni lampara, ni botiquín de primeros auxilios, mi primera reacción era escapar.

Como era de esperarse, mi madre, en vez de salir corriendo se quedó a apagar una vela, cuyo líquido le cayó en la cara y el edificio literalmente parecía que se estaba cayendo. Al final apenas si llegamos a las escaleras a más de ocho pisos de altura, no pude, mi madre, con la cara cubierta de cera, no veía un carajo.

¿Para que demonios te detienes a apagar una vela si el pinche edificio se va a caer? Con sus tonterías cristianas empezó a hablar de Cristo, ¿Cual Cristo, el que permitió que se te cayera e líquido de la vela en la cabeza?

En serio, no tengo idea que clase de pensamientos tendrá un cristiano en la mente, pero es inoportuno en los momentos más apremiantes.

Para colmo, cuando todo pasó, ella se regodeaba, -muy bien, la próxima vez vete tú. Digo, que nobleza de mujer, que unos instantes antes me suplicaba que no la dejara sola cuando se negó a bajar las escaleras -¡No, no te vayas me decía!

Ustedes saben, los cristianos se regodean de la muerte, pero cuando mi madre estaba muriéndose en un ataque nervioso hace unos años, me suplicaba por su vida ¡No, no me quiero morir, no me quiero morir!

Yo no les miento, quiero vivir, pero me veo en el futuro aplastado en un derrumbe esperando a mis padres a que dejen de hacer idioteces como apagar la luz o apagando una vela que les caerá en la cabeza por tontos. El gas se fue cuando empezó a escaparse, la luz se fue sola durante horas.

Se fue la luz y se fue el gas, hay cuarteadoras, el piso se siente algo tenso.

No habíaWi-Fi, no había celular, está la portátil pero con la batería baja, el teléfono no sirve, es un caos total, la fragilidad que parece que nunca nos va a alcanzar, ya pasó el susto, pero el coraje no se va, pero como las réplicas van y vienen.