En Naves silenciosas se abordan inquietudes de lo años sesentas donde empezaría a surgir tímidamente el movimiento ecologista en países occidentales a la sombra del movimiento Hippie, inquietudes reflejadas o impulsadas por la Guerra fría donde películas como Cuando el destino nos alcance (1973) eran la tónica del pesimismo reinante en el futuro de la humanidad.
Una era bajo la guerra de Vietnam que impulsó una inmejorable producción de filmes realistas e interioristas que languidecería en los años ochentas con George Lucas y Steven Spielberg con cintas infantiles y para el entretenimiento.
Trama
La nave Valley Forge, es una nave espacial asignada a una flota de naves asignadas al cuidado de grandes domos de árboles y animales en cista de ser devueltos a la tierra. Freeman Lowell (Bruce Dern) uno de sus tripulantes, es un hombre comprometido que ama su trabajo, pese a que sus compañeros no comparten su visión de responsabilidad, cuidando los últimos restos de la vida natural de la tierra en grandes naves jardín.
Pero todo cambiará para Lowell cuando desde la tierra ordenan su regreso a casa, pero eso no incluye a los grandes domos de jardines los cuales tienen la orden de destruir, pues en la tierra no los necesita.
Para Lowell la orden no tiene sentido, ante su desesperación cuando va a poner las cargas explosivas, se hace cargo de la nave, acabando con la tripulación, quedándose con tres robots como única compañía.
Tomada su decisión, intenta perderse del control de la tierra, al que hace creer que ha sufrido un accidente, desde el cual le dicen que pueden hacer muy poco para rescatarlos, iniciando así una carrera por la sobrevivencia de la naturaleza.
Crítica
Contrariamente a la creencia popular Naves Misteriosas no era un proyecto destinado a hablar de ecología, según la revista Starlog magazine, Trumbull tenía previsto un argumento que se había apoderado de una de la nave pues no quería retirarse y la trama se centraba en su huida hasta el encuentro con una forma de vida extraterrestre quien recibe uno de los domos, instantes antes de que lo abordara una fuerza de choque, explotando la nave.
Si los decorados no les parecieron realistas, lo curioso es que todo se filmó dentro de un portaaviones decomisionado de la segunda guerra, el USS Valley Forge (CV-45). Muchos de sus decorados inspirarán a películas de ciencia ficción posteriores. Que a nadie se le pase que los robots drones Dewey y Huey inspirarían a uno de los robot mas famosos de todos los tiempos; R2D2.
Entre sus debilidades a nivel de guión tenemos la forma tan capechana por la que el gobierno ordena la destrucción de los domos, aunque para mí es bastante válida, tampoco que a Lowell se le pase que las plantas necesitan luz para vivir y que quizás para la mayoría parecerá demasiado lenta, aunque para los que amamos las historia de ciencia ficción es más que recomendable y totalmente vigente.
Sin duda uno de los finales más bellos que he visto en cine, siendo una metáfora de lanzar una botella al océano infinito, de ahí su título Running silent, de la paradoja del árbol que cae y nadie lo oye, una pequeña mota de vida que está ahí, aún cuando nadie la nota, volviéndose material de leyenda, dudándose si alguna vez existió o si fue en realidad producto de la imaginación más absurda, como la vida misma.
Calificación: 7.6/10 |
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