Estados alterados (1980): Review y crítica de la película

Altered states, es una película de ciencia ficción de finales de los años setentas dirigida por el veterano Kull Rusell, quizas dentro del género, una de sus cintas más recordadas, donde también se encuentran; Los demonios (1971), Gótica (1986) y El último baile de Salomé (1988), conocido por su gusto -o abuso- de psicodélicos decorados con tramas marcadamente eróticas y surrealistas, sin duda su mejor periodo en el cine.

Estados Alterados se basa en la única novela homónima del guionista Paddy Chayefsky, que a su vez se inspiró en los trabajos reales de John C. Lilly inventor del tanque de aislamiento o tanque de privación sensorial, que además de sus especialidades médicas y psicológicas, se dedicaba a la profundización de la psiconáutica, que por medio de drogas psicoativas y psicotrópicas, pretende explorar de forma más compleja la psique y los fenómenos sensoriales, algunos de ellos extremadamente fuertes en tanques de aislamiento, donde se sumergía al paciente, generalmente cuando se pasaba de un estado mental de transición de las ondas beta a ondas alfa.

Chayefsky no tuvo un cálido recibimiento, pues incluso fue demandado por investigadores a los que pidió ayuda para desarrollar su novela, algo que le creo un estrés tal, que tuvo su primer ataque cardíaco en 1977. En la adaptación de su película, el director Arthur Penn, renunció debido a fuertes discusiones que tuvo con Chayefsky y quien al no estar de acuerdo con la versión de Rusell, pidió aparecer en los créditos por su seudónimo; Sidney Aaron.

En el reparto protagonizan; William Hurt, Blair Brown, Bob Balaban y Drew Barrymore como hija del Edward Jessup.

Trama
Edward Jessup (William Hurt) es un profesor universitario de "psicología anormal" especializado en el estudio de la esquizofrenia, quien comienza a teorizar que "nuestros otros estados de conciencia son tan reales como nuestros estados de vigilia.

Comienza a experimentar con la privación sensorial en un tanque de flotación, y viaja a México para participar en lo que aparentemente es una ceremonia Ayahuasca es su búsqueda de experiencias psiconautas que lo lleven a comprender el comportamiento de la psique.

Llega a una cueva donde un grupo de personas están reunidas alrededor una hoguera, un anciano indígena trae una raíz de yagugue (Banisteriopsis caapi) que mete en una hoya con un brebaje, al cual, agrega la sangre de Jessup, quien recibe un corte en la mano.

Inmediatamente después de que ingiere la solución, pierde el control de sí, experimentando intensas emociones llenas de extrañas imágenes y sonidos.

Enseguida vuelve a los Estados Unidos con una muestra y la empieza a ingerir por vía oral antes de cada sesión en el tanque de aislamiento, donde experimenta una serie de transformaciones psicológicas drásticas que le hacen creer que está en un viaje que no solamente afecta su psique, sino la genética misma de su ser, retrocediendo al pasado de la especie humana.

Pero todo cambiara cuando dichas experiencias parecen volverse una realidad fuera del tanque de aislamiento.

Crítica
Es cierto que no es totalmente redonda, debido en parte por tratar de darle un sentido más físico y real, que limitar la idea de la experiencia dentro de un espacio cerrado con juegos de sonidos, algo que se prestaba al juego del Gato de Schrödinger. Este "efectismo" que rayaba en lo metafísico, puso en contra de Chayefsky a muchos investigadores, que vieron en su idea una burla de su propio trabajo. A pesar de ello, resulta una idea muy cautivadora, que es lo que la mantiene como una cinta de culto del género de la ciencia ficción.

Rusell no tiene empacho en satirizar elementos religiosos, como la cabeza de carnero con cuatro ojos, mostrando a la religión como una consecuencia del sincretismo puro y no un fenómeno único y primigenio, lo que además la vuelve una cinta racionalista, pues aborda la concepción misma de la nada, la evolución y el determinismo como el motor de la vida, donde el individuo racional decide romper -con su voluntad- este ciclo, accediendo a su propia humanidad.

La banda sonora fue nominada para un Oscar, perdiendo ante Star Wars: El imperio contraataca (1980). Curiosamente se le clasifica de terror, aunque poco hay de ello en la trama, es una cinta imprescindible que recomiendo ampliamente, si es que gustan de la ciencia ficción de los años setentas, inicios de los ochentas.

En España fue llamada: Un viaje alucinante al fondo de la mente, en Ameríca: Estados Alterados.

Calificación: 7.6/10