La cinta fue un fracaso de taquilla, pero tenía todos los elementos para volverse una cinta de culto de la época una vez se recuperó en 2008 para su lanzamiento en DVD.
Por su trama oscura de impresión Noir que no se centra como un relato social puramente, sino con materia prima de fantasía y ciencia ficción, es una de las películas más significativas del cine argentino.
Su estreno se hizo bajo el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía que derivaría en una dictadura mucho peor.
El guión destaca por la participación de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, siendo la primer película del director que se ha destacado por su visual vanguardista.
Trama
En 1957, la ciudad de Aquilea, está bajo el acecho de fuerzas que quiere invadirla, sin que se sepa su origen, motivos o propósito, solamente se sabe que se acerca y avanza imparable.
Don Porfirio (Juan Carlos Paz) organiza la resistencia con un pequeño grupo de opositores, cuya esperanza es detener al inesperado enemigo.
Los planes de Don Porfirio se centran en evitar que los invasores instalen sus emisoras, pero por una nimia victoria, la pérdidas son enormes para un grupo formados por una vieja guardia de bohemios en el atardecer de sus vidas, la mano derecha de Don Porfirio es el más joven de ellos, un hombre adulto en plenitud, Julián Herrera (Lautaro Murúa), quien lidera al grupo por su fuerte determinación, el último Aquiles, un Héroe nato que está predestinado a no salir vivo de Aquilea.
Para desgracia de Don Porfirio, la invasión es incontenible, avanza por la necesidad de los propios habitantes de la ciudad, convertidos. Condenando al clandestinaje a un nuevo grupo de jóvenes que serán obligados a tomar la batuta, cuando los viejos intelectuales y sus ideales han caído.
Crítica
Siendo un fracas en taquilla, fue estrenada a finales de la dictadura de Juan Carlos Onganía el 16 de Octubre de 1969.
Hugo Santiago nos plante una ciudad mítica, Aquilea, una representación de Buenos Aires, donde se nos relata un cuento fantástico de la resistencia heroica ante el ente que asfixia a su habitantes y los fulmina sin siquiera notarlo. En muchos aspectos, una invasión deseada.
Desde luego como todos los juegos expresionistas y surrealistas, no podemos ser tan evidentes y llamarla critica social a la situación argentina, de serlo nadie, ni los autores lo confesarán, sus inspiraciones sociales son evidente y el legado de Oesterheld con su Eternauta es simplemente inevitable.
Julián Herrera es un prototipo de héroe que está destinado a ser un recuerdo de la defensa de la ciudad perdida, pese a que sabe que no hay nada que hacer, guiado por su deber e ideales, trascendiendo como leyenda, dejando a su amada detrás, en quien deja su semilla de lucha, donde serán los jóvenes quienes tomarán su batuta, la invasión se lleva a cabo, lo que queda es la resistencia, la lucha será eterna.
Una cinta en muchos aspectos tristes, el amor no hace frente hacia la eterna resistencia y la gente termina deseando rendida al invasor que recibe con los brazos abiertos.
Calificación: 7.8/10 |
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