El gato con botas (2011): Review y crítica de la película

Puss in Boots es una película del novel director Chris Miller, responsable de la olvidable Shrek Tercer (2007), que ha demostrado que no es más que un director marginal que se le da una oportunidad para dirigir el spin-off de uno de los personajes del universo de Shrek, como es gato, un bandolero forajido, azote del desierto.

Debo ser enfático, si bien la historia de Puss in Boots es predecible kilométricamente a cada instante, quizás valga la pena ver, no por el humor de bajo nivel para los más chiquitines de te pego, me duele y que me río, sino porque es una historia clásica de los hermanos enfrentados que funciona, a pesar de ser tan vista, creo que en mi caso he visto esta historia al menos 100 veces entre episodios de televisión y películas, una historia básicamente para niños.

Es de hacer notar las excelentes animaciones de los gatos, no solamente la forma en que se mueven, sino como respiran, cierran naturalmente los ojos y el movimiento del pelo.

La cinta es protagonizada por Antonio Banderas, Salma Hayek y Zach Galifianakis, sin duda una de las mejores opciones para este fin de año para toda la familia. Básicamente esperaba ver una mala cinta a la que DreamWorks nos tiene acostumbrada con sus últimos trabajos, en especial con Shrek 4: Felices para siempre (2010).

Trama
Nos encontramos en algún lugar entre el "viejo oeste mexicano" o el "árido desierto español", en el pueblo de San Ricardo, donde un pequeño gato es encontrado por una buena señora que lo adopta como su hijo y lo lleva al orfanato del pueblo junto a otros niño, donde conoce a Humpty Alexander Dumpty (Zach Galifianakis), un niño genio a quien decide proteger por haber sido tan amable con él, sin embargo Humpty es una mala semilla, quien termina traicionándolo y volviéndolo un prófugo de la justicia.

Años más tarde, otro gato bandolero interrumpe lo que es su último atraco a una pareja de malhechores, Jack (Billy Bob Thornton) y Jill (Amy Sedaris), que llevan lo que parece ser las habichuelas mágicas de los cuentos.

Al escapar de estos, sigue al gato culpable de su falla, quien resulta ser Kitty Softpaws (Salma Hayek) y que para su sorpresa, está a las órdenes de su antiguo amigo Humpty, quien le ofrece la oportunidad de unirse a la aventura para recuperar el ganso de los huevos de oro, pese a quien lo rechaza inicialmente, acepta bajo la promesa de que recuperará su honor y pueda regresar con la cara en alto a San Ricardo.

Calificación: 6.8 / 10

Crítica
La típica historia del traidor que resulta ser el mejor amigo o la figura más empática, es una receta que a fin de cuentas no es una mala historia, pero está demasiada infantilizada, por lo que termina siendo muy predecible, más cuando uno evita ver el Gato con Botas porque se espera una cinta mala, mascar demasiado por el público la trama de una cinta siempre resulta anticlimático.

Aún así, pese a que el final de la cinta lo he visto anteriormente, quizás ha sido de lo más encantador y lo que menos me esperaba ver: un buen giro argumental en pocas palabras, que para un niño puede ser especial.

Por otro lado, me sorprendió que los momentos graciosos de bajo nivel que aparecen en el trailer responden a que en la película la trama no se centra en momentos graciosos, sino en la historia de Gato y Humpty. El final fue lo más elaborado de todo el metraje en parte porque al ser una cinta  cronológicamente anterior a Shrek, Gato no limpia su nombre, siguiendo con la misma actitud de bandolero que intentará estafar al ogro de orejas puntiagudas.

Era evidente en cierto momento de la cinta que Humpty tenía que acabar o bien redimido, destruido o arrestado y Kitty huyendo por su lado, lo que es bastante intragable, es esa idea de confundir España andaluza con la pintoresca mexicana, que además se revuelve con elementos del viejo oeste norteamericano, pero parece que lo español está de moda y si algo ya era una idea deformada de los pueblos de la post-revolución mexicana, hay que españolizarla, aunque sea con un montón de estereotipos.

Sin pena, ni gloria.