Uno de los motivos de que el género de acción fuera el absoluto rey de los noventas, pese al alto nivel de desarrollo en la calidad de imagen y en los medios de almacenamiento como el Laser Disc y el revolucionario DVD, fue que las cintas de fantasía, ciencia ficción y efectos especiales se encontraban en un himpase donde la industria no estaba convencida de que realmente el CGI o gráficos generados por ordenador, tuvieran futuro a pesar de que Terminator 2 (1992) había mostrado que se podría dar un nuevo empuje a la industria sin la necesidad de apostar por un sólo género de cine con guiones digeribles y personajes unidimensionales.
La larga explotación del género obligó a tramas más complejas y de implicaciones internacionales que los íconos de acción no podían llenar hasta que Independence Day (1996) mostrara de forma definitiva que mediante efectos especiales se atraía a un nuevo público deseoso de nuevas experiencias que la acción por sí misma ya no podía ofrecer, La Roca (1996) ofrecería esta nueva forma de hacer cine de acción que todavía no nos ha dejado, al igual que las bandas sonoras al estilo Hans Zimmer.
Por tanto Imparable es el tipo de cinta que uno ya no esperaría encontrar al inicio de la segunda década del siglo XXI, dirigida por un viejo dinosaurio como Tony Scott que ha pasado casi desapercibido esta década.
Mark Bomback y Denzel Washington, son el dueto de esta buddy movie donde tenemos el típico planteamiento del viejo y el joven que inician en lados opuestos del camino, pero que terminan trabajando juntos que hemos visto en The Rock (1996), Armageddon (1998) y Enemigo público (1998).
La trama desde luego es de lo más absurda y noventera posible, con momentos puntuales de lágrima fácil bastante estudiados y conocidos, que logran su objetivo como ya lo hiciera en su momento The Rock.
Fran y Will son dos operarios de tren que se ven envueltos en detener un tren sin conductor que al descarrilar puede generar la peor tragedia de trenes del mundo, peleando con la incompetencia de la burocracia que no está a la altura de la circunstancia.
No habrá sorpresas, desde un principio puede entenderse que el tren será detenido, que las historias de los compañeros pasaran por situaciones difíciles, con historias que tenderán a la lágrima fácil y el obligado final feliz donde uno de ellos o ambos saldrán heridos solamente para impresionar a sus familiares con quien guardan generalmente una mala relación, al menos uno de ellos.
Finalmente Imparable no es una mala película, cumple como ha cumplido en taquilla, pero es una cinta que no arriesga, que está diseñada para el consumo, que ha estudiado bastante al público y le ha tomado la medida y en este sentido es un producto sumamente predecible y en exceso visto.
Debo aclarar que personalmente el cine de acción, en especial del que abusa de las bandas sonoras al estilo Hans Zimmer no me gusta, aunque es curioso todavía encontrarlo cuando ya dio todo de sí y que da la apariencia de ser anacrónico como su director.
Calificación 5.5/10 |
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