Barack Hussein Obama, ya hace tiempo que no hablo de este controvertido personaje, en quien muchos depositan sus esperanzas como el nuevo John F. Kennedy que sacará a los Estados Unidos del profundo hoyo al que lo llevó su actual presidente, George Bush.
Pero es necesario darle un vistazo pues según los sondeos, el va en camino de convertirse en el nuevo presidente de los Estados Unidos, a menos de que se suscite otro fraude en el manejo de las votaciones electrónicas.
A mi me parece que no importa quien sea el presidente de aquella nación, Estados Unidos seguirá con su modelo expansionista y sin mucha tolerancia al derecho internacional.
Pero como "siervos" de Norteamérica, debemos conocer quien será el nuevo amo y si este nos atizará con el látigo o convencerá con el "tarro de miel". La derecha de nuestro país desde luego prefiere el látigo.
Obama logró cautivar a millones de norteamericanos, y pese a la desconfianza de una mayoría blanca, se logró imponer a Hillary Clinton que más estaba interesada en quedar bien con todos que tener una sólida postura que al final la sacó de la contienda y dejó a Obama via libre para postularse como el primer aspirante negro a la presidencia de los Estados Unidos.
Sorteando los embates de la negativa campaña del pinguino de John McCain y las incendiarias calumnias de la sexy Sarah Palin. Quienes aducen desde supuestas relaciones con terroristas, sus simpatías hacia Chavéz e Irán, una ficticia afiliación con el Islam, hasta tonterías de asociar Obama con "Osama Bin Laden" o Hussein con Saddam Hussein.
Medios republicanos como CNN han intentado asociarlo con la imagen de Osama Bin Laden, es muy cierto que el norteamericano promedio es muy susceptible a la manipulación mediática, tienen toda una historia de paranoias bien definidas en Cine, Televisión y radio, donde el enemigo va siendo sustituido por una nueva amenaza, desde los ingleses, a los alemanes, los nazis, los comunistas, los terroristas a la amenaza en casa.
Por desgracia, la crisis del bolsillo aprieta más fuerte, la gente se preocupa más por las malas acciones consecuencia del libre mercado sin regulaciones, que por nuevas amenazas ficticias o reales y pese a toda la campaña negra contra Obama, la gente lo ve como un salvavidas que recuperará al sistema, no importándoles que sea judío, musulmán, negro, asiático o latino, superando cualquier sentimiento racial.
Como pasó con el ex-presidente de México Vicente Fox, pasará con George Bush, cualquiera que lo sustituya hará un mejor trabajo en un año de lo que el hizo en todo su gobierno.
Entre las promesas de campaña de Obama, está la cancelación o renegociación del tratado de libre comercio de América del Norte. Que desde donde se mire ha sido un fracaso, salvo para algunos grupos en el poder que ahora viven los estragos de la crisis económica norteamericana.
Veremos si su retórica tiene algo de verdad y no termina siendo sólo apariencia. Hasta ahora todos coincidíamos que era imposible un presidente negro en los Estados Unidos, haciéndonos a la idea de que era tan probable como que un asteroide de medio kilómetro chocara con la tierra, la realidad como siempre nos deja con la boca abierta.
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