Ressentiment (2004): Reseña y crítica del manga

Ressentiment es un manga de género seinen (adultos jóvenes) escrito y dibujado por Kengo Hanazawa creador de Boys on the Run (2005) y I Am a Hero (2009) que abrió su carrera con una obra potente sobre los tópicos de la cultura Otaku y de muchas maneras, el ostracismo voluntario de la realidad impuesto por la tecnología y las redes sociales.

El título en francés hace referencia a una condición descrita en la psicología de autores como Nietzsche, del traslado del resentimiento originado en un complejo de inferioridad, el rechazo y las culpas propias a un tercero, en este caso al mundo real. También es un término para describir la creación de sistemas morales, por ejemplo; el tema nitcheniano de la Moral de Amos y Esclavos.

Uno de esos mangas para adultos jóvenes que hoy por hoy demuestra la enorme capacidad de los japoneses para plasmar realidades sociales pese a la pobreza social que impregna su propia sociedad, una obra que nos narra problemas que no son únicamente propios de Japón, como lo es la ineptitud social, lo s complejos de inferioridad y la discriminación, al no llenar ciertas exigencias que la sociedad impone a sus individuos y aquellas expectativas que cada individuo tiene de su propio ser.

Bello.

Bajo un tono velada mente cómico y con un dibujo de un estilo sobradamente propio, Hanazawa nos habla de la vida del treintañero Takuro Sakamoto, que vive en 2015 como trabajador de una imprenta.

El arte se aleja de los típicos de personajes hermosos y superficiales.

Viviendo con sus padres y sin expectativas para tener una novia o familia, odia su condición al estar en la cola de la sociedad, pero es algo que acepta, Echigo, uno de su amigos que recientemente ha sido despedido de su trabajo, le invita a ver una alternativa.

Sakamoto se pone gafas y un guante de realidad virtual.

De un carácter débil, lleno de complejos y con un sentido de las relaciones humanas infantil, Sakamoto debe aceptar y lo que que encuentra es el mundo de la realidad virtual.

No solo son las chicas, sino que ellos mismos tienen cuerpos diferentes.

La inversión no será nada barata, aunque él no tiene nada que perder al probar este escape de su realidad, Tsukiko es el programa que ha elegido, quien es su propia chica virtual.

Tsukiko es el mas curioso personaje virtual.

Pero los problemas comienzan cuando se da cuenta que la preciosa Tsukiko ya está enamorada de alguien más y Sakamoto lo primero que hace es intentar violarla, siendo mordido por ella y por unos instantes, es capar de ver su verdadero rostro, sintiendo que incluso en ese mundo virtual él es un perdedor abandona el juego.

La realidad virtual no le ofrece a Sakamoto una salida a su miserable vida.

Moon, la originaria chica virtual en la que se basan todas las demás es encontrada accidentalmente por Sakamoto, quien tendrá que vivir un infierno por estar con ella, mientras lidia con su falta de carácter sobre sus propios sentimiento, más que una búsqueda de amor, es la desesperación por perder su virginidad, pero la vida se lo hace fácil porque no importa que tan buenos sean sus sentimientos, la gente solo espera lo peor de él.

Maria es el contraste de la mujer real en la vida Sakamoto que le da esperanzas fugaces como su carácter.

Calificación: 9/10

Crítica
El autor de Yo soy un héroe -su más conocido trabajo, hace una mezcla cuasi-pictórica de una realidad social de los que no encajan y rehuyen de la realidad que encuentran injusta y cruel hacia un mundo virtual donde pueden ser los héroes, los populares.

En este manga se predice que Hillary Clinton será presidenta.

Sakamoto es un personaje con el que todos podemos identificarnos, no solo aquellos inmediatamente calificado de feos y viviendo en un desván con novias virtuales, sino todos aquellos que sufren de un complejo de inferioridad por cosas malas que les han ocurrido en su vida o porque simplemente esas características les hacen parecer vulnerables ante el común denominador de la gente.

Tal vez lo que más me gusta del personajes es que a pesar de que sea el protagonista, el autor nunca quita el dedo del reglón y una persona fea por fuera sigue siendo fea en su interior por muchos motivos atribuibles a su falta de carácter y búsqueda fácil del placer, sus frustraciones no se van únicamente porque las cosas le salen bien, o lo que le sale bien le lleva a su propio precipicio, el personaje es un reflejo de lo humano y sus defectos.

El mundo irreal o virtual está lleno de personas que se han dado por vencidos en la vida o buscan algo que llene su vació existencial, pero en vez de que sea un lugar para curar sus heridas se torna en un sitio para satisfacer sus vilezas, ejercer el odio y finalmente el único sitio donde son alguien siendo nadie. El final te dejará deshecho, pero el maganka no hace más que ser coherente consigo mismo.

Imposible de adaptar al ánime, es una potente historia que te hará reflexionar sobre tus propias metas en la vida y nunca estar tan abajo para dejarse llevar por aquellas deficiencias y defectos que todo tenemos, que son en su mayoría mentales.

Imprescindible.