El planeta de los simios: confrontación (2014): Reseña y crítica de la película

Dawn of the planet of the Apes es una secuela de la película conocida en México como El planeta de los simios (R)Evolución (2011) dirigida por Matt Reeves que ustedes conocerán seguramente por Monstruoso (2008) y el remake de Déjame entrar (2010) basado en el libro de Pierre Boulle "El planeta de los simios" y la saga de películas de los años sesentas bajo el mismo nombre.

Si bien no es todo lo original que yo esperaba y con muchas recetas del género al carecer en estas fechas de directores y escritores con más peso ideológico y político, intentan hacer un alejamiento de los clichés que pululaban en esta clase de películas distópicas y post-apocalipticas, pero no completamente.

La película es una oda a los logros de la industria en el ramo de los gráficos de ordenador donde Andy Serkis como César, logra una increíble caracterización olvidándote a ratos de que son CGI.

Andy Serkis da vida al líder César.

La trama nos lleva varios años en el futuro luego de que la raza humana se ha prácticamente extinguido por los eventos ocurridos en la anterior película y los simios viven una pacífica vida cerca de la ciudad de la que huyeron originalmente.

Las escenas de multitudes son tremendamente realistas.

César (Andy Serkis) y Koba (Toby Kebbell) tiene sus respectivos hijos, a pesar de la relativa felicidad del nuevo mundo, los roces con el simio que fue torturado por los humanos se mantienen.

Muchos personajes típicos y situaciones cliché.

Y empeora más cuando a su territorio llega humanos que ponen a prueban las utópicas ideas de César de la convivencia de los simios.

Koba es el desencadenante de la guerra. Un gran villano.

Malcolm (Jason Clarke), es un humano que llega con un grupo de técnicos para arreglar la presa que está en el territorio de César y dar luz a su ciudad, quizás una de las últimas ciudades humanas en el mundo, lo que desata una confrontación entre ambas especies cuando el odio de Koba lo hace desafiar el poder de César.

A pesar de que no todos los humanos son tontos o malos, se caen en las situaciones fáciles para mover la trama.

En la ciudad de los hombres la desesperación por la luz puede llevar a estos a una confrontación directa con sus nuevos vecinos, a quienes culpan de la extinción de la raza humana, César aparece para mostrar su poder y prohibir que los humanos regresen a su casa.

Nunca se explota la influencia orwelliana en el Planeta de los Simios.

Deyfys (Gary Oldman), líder de los humanos, da tres días a Malcolm para que convenza a César para reactivar la presa o avanzarán en contra de los simios, solo hace falta una chispa para desatar el infierno y Koba no tiene reparo en iniciarlo.

Será interesante que nos deparará la tercera parte, espero no un relato bíblico.

Calificación: 8.2/10

Crítica
Es una trama ya vista, creo que en el apartado de la guionización no hay novedades, peca de predecible, aunque los escritores tratan de mejorar la narración viendo los temas tratados en las películas de los años sesentas con una perspectiva más moderna, por desgracia y fortuna, la era de los ismos ha pasado y ya no tenemos directores o escritores que comprendan de lucha de clases o historia de las civilizaciones, lo que redundan en tramas que si bien tienen forma. no tienen fondo.

El planeta de los simios: confrontación, no se engloba en la idea de la autodestrucción mutua que a las películas de los años sesentas de guerra fría del siglo XX le daban una magnitud más compleja; la intolerancia a lo diferente y los tópicos sociales establecidos en la Rebelión en la granja de Orwell sobre los idearios de las utopías y la manera en que se deforman o el descenso de una democracia al salvajismo de El señor de las moscas de Golding. En cambio es la historia del reino de Camelot, donde Arturo se da cuenta de que se requiere más que de una espada mágica para obtener un reino de paz y rectitud, que siempre hay sombras ocultas a plena luz y actitudes inocentes pueden llevar a un reino a la extinción.

Para Arturo es su lancero y hombre de intachable confianza quien le trae la desgracia al robar el amor de la reina que había descuidado, para Cesar fue creer que la lealtad de Koba era más grande que el odio que prodigaba a los humanos, la candidez de Cesar es creer que los simios son superiores moralmente a los humanos de igual manera que Arturo con los habitantes de Camelot.

Los personajes son demasiado previsibles, sus relaciones demasiado apegadas a la necesidad del guión y momentos desencadenantes que le quitan realismo para ser personajes típicamente construidos, la novedad radica en el revisionismo; ya no se pueden hacer humanos muy malos y estúpidos, ni simios muy buenos, no se puede dar a uno la razón por ser el animal y a otro la cerrazón por ser el humano, se comparten culpas, a pesar de que finalmente los líderes de ambos bandos viven en los extremos.

La cuestión de la presa es poco menos que inverosímil, si vas a hacer una ciudad con los últimos sobrevivientes de la humanidad, no la pones en una urbe que ya no puedes mantener, te vas al campo donde se producen alimentos y comienzas con lo básico, por otro lado, al no haber más humanos, puedes obtener tecnología y energía de muchísimas partes, lo que más va a abundar es la energía como el petroleo y el carbón.

Donde la cinta realmente luce es en los apartados técnicos que a pesar de no ser una aventura redonda es sobrecogedora y una maravilla de la técnica, que combinada con actores dedicados resulta tan satisfactoria.

Recomendable.