Es una sorpresa que sea una película hecha por Stop-Motion y no una producción CGI con esos impecables acabados realistas.
No ha sido muy bien recibida por el típico puritanismo del mainstream que se traga entera cintas como Inception (2010) y tacha Metronia y Cogido Fuente (2011) de insustanciales, cuando estructuralmente son superiores pese a que sean lineales argumentalmente hablando, ¿pero actualmente en el cine qué no lo es?
Trama
Roger (Vincent Gallo) es un hombre común con una vida común en un mundo donde el petroleo se ha acabado y la vida de la ciudad se desarrolla en el metro que recorre toda Europa, interconectando la vida de todas las personas.
Pero Roger tiene una afición extraña, es la única persona de aquel desolado mundo que prefiere usar una bicicleta a internarse en el laberíntico metro, del cual siente un extraño peligro escondido.
Es hasta que alguien destruye su medio de transporte, que se ve obligado a viajar en el Metro, mientras una voz extraña que se hace pasar por su consciencia, siembra dudas sobre la fidelidad de su esposa Anna (Sofia Helin), pero todo pasa a segundo plano cuando en su recorrido mira a una mujer hermosa que le recuerda a la modelo de su botella de Shampoo.
Crítica
Es una película imprescindible en esta sequía de un cine de género más interiorista, si son muy nóveles en el cine de género, les recordará a Matrix o Dark city (1998), aunque sus raíces son más viejas, quizás en películas de mundos subterráneos como THX 1138 (1971) o La fuga de Logan (1976), todas replanteamientos de la novela de Orwell, 1984, como sea, con un extraordinario trabajo de "matte painting" y con personajes alterados mediante retoque fotográfico, da la apariencia de ser una película totalmente en 3D.
Aspectos como las eternas nubes grises sobre Europa no se explican y puntos de la trama están hiladas de forma floja actuando de forma negativa, perjudicando la tensión de la primera mitad de la cinta, algunas partes; como el señor que le recomienda no entrar al Metro o la motoneta son simplemente anticlimáticas.
Tampoco ayuda a que parezca hacer una analogía entre el Metro = Comunismo, que obligadamente nos llevará a Automóvil = Libertad y para muchos será lo más negativo de una trama que era material de culto.
Desde mi punto de vista el hecho de que obviaran o redujeran los momentos de acción a su mínima expresión son de agradecer, una excelente recomendación y alternativa a las típicas cintas que el cine norteamericano nos tiene acostumbrados.
Fe de erratas: Me equivoque en el año de la película y puse el título del libro de Orwell.
Calificación: 7.5/10 |
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