Dean R. Koontz, guoniza y adapta su propia novela a la pantalla grande, no con muy buena acogida entre el público siendo un tremendo fracaso de taquilla, aunque personalmente es una de mis favoritas.
Protagonizada por el gran Peter O'Toole que recordamos por su participación en Lawrence de Arabia (1962), el incordioso de Ben Affleck y la señora de Robert Rodriguez, Rose McGowan, Phantoms nos presenta una historia que parece chupar de bastantes fuentes, en especial del remake de Blob (1958), que por estos lares conocemos como La mancha Voraz (1988), otro fracaso de taquilla.
Trama
En el pequeño pueblo de Snowfield, Colorado, toda su población desaparece, salvo un reducido grupo de personas que se refugian al interior de la oficina del Comisario.
La doctora Jennifer Pailey (Joanna Going) y su hermana Lisa (Rose McGowan) se dirigen al pueblo donde esperan pasar unas vacaciones alejándose de los problemas de la gran urbe, pero al llegar a su destino encuentra muertos a sus pobladores.
Presas del pánico intentan escapar, pero ven que ningún automóvil funciona, finalmente son interceptadas por el comisario Bryce Hammond (Ben Affleck) y sus dos compañeros.
Después de una aterrorizante noche, piden ayuda por la radio, que aparentemente es lo único que funciona, alertando sobre un posible brote infeccioso y describiendo un mensaje que han encontrado en un baño que hablan sobre un tal Timothy Flyte (Peter O'Toole) que habla sobre un Enemigo Ancestral.
El gobierno norteamericano manda a unos agentes por el Doctor Flyte, quien después de postular una teoría sobre la desaparición de grandes civilizaciones es expulsado de Oxford y condenado a una carrera en revistas de OVNIS y sucesos paranormales.
El doctor Flyte descubrirá que la entidad los ha traído intencionalmente hasta ese pueblo para que sea testigo y narrador de la aparición del demonio mismo.
Crítica
Puedo decir que hace varios años que la vi, no sabía su nombre, hasta ayer, y al volver a revisarla he tenido la misma agradable sensación, aunque por norma general no agradó nada al público y críticos, quizás porque juega con el carácter religioso y lo desmenuza a su esencia natural, algo bastante ateo, curiosamente similar a La mancha voraz donde el reverendo Meeker quiere desatar el Apocalipsis usando un ingenio de la ciencia que no responde a la voluntad de ningún dios.
Su evidente simetría a esta cinta es quizás exagerada, algo que se esperaba de una cinta con un perfil comercial con Ben Affleck y Rose McGowan. lo que le resta personalidad.
Para mi que tengo una formación más científica y racionalista el concepto manejado del monstruo me gusta bastante, pues me suena a un ser con un principio nanotecnologico que puede o no estar vivo, el cual ha aprendido a almacenar, interpretar y reproducir todas las formas de vida que ha absorbido, pero también entender su pensamiento hasta un nivel que es contaminado por las ideas de otros seres inteligentes que lo ven como la representación del mal, asumiendo este carácter.
Sí, no se puede negar que la salida clásica del virus no venía a cuento, además de que el tejido de la entidad no desaparece del todo -como la carne que le ofrece a Flyte- y la sobrevivencia 'Stu' Wargle (Liev Schreiber) genera un final muy a lo Aullidos (1981) que te hace pensar que ha sido creada pegando directamente de otras cintas y dejándola sin personalidad, pero si disfrutaste de La mancha voraz, seguro la disfrutas como un chino.
Calificación: 7.5/10 |
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