El remate de Blockbuster: Los costos de no innovar

Finalmente Blockbuster fue rematada a Dish Networks tras declarar su quiebra en septiembre de 2010, derrotada por el servicio de videos en línea Netflix quien desbancó -a la hasta hace una década-, cadena de videoclubs más importante del mundo.

Mediante un trato de 320 millones de dólares, se remata una compañía cuyo valor se estimaba en miles de millones de dólares. Y es que la otrora dueña absoluta del mercado de videos no supo hacer los cambios necesarios ante sus competidores que literalmente la dejaron fuera la carrera tecnológica, cuando tenía todo para ser la ganadora.

Los directivos de Blockbuster culparon a la piratería y se obstinaron en no apreciar su falta de visión para entender la evolución de su negocio, algo que ha pasado en todo el mundo con discográficas y productoras que no se adaptan con suficiente rapidez a los cambios ante el imparable avance de Internet y solamente aplican los mismos cuando ya es demasiado tarde porque su competencia les pisa los pies.

Fue curioso, pues mientras Blockbuster hasta el final de sus días se empeñó en mantener indemne su modelo de negocio, Netflix cambiaría las reglas cuando por una tarifa plana permitía adquirir de forma ilimitada películas sin un costo extra adicional, ni por el retraso o la forma de devolución, una verdadera locura para los ejecutivos de Blockbuster, pero su éxito mundial ocurriría cuando implantaron ese mismo modelo al mercado de streaming, ya que con la misma tarifa plana puedes ver de forma ilimitada las películas que quieras de su catálogo desde Internet o recibir las copias físicas.

Así pues que mientras la primera se hundía en las deudas y la bancarrota, la segunda se apoderaría del mercado junto a Amazon y Itunes.

La innovación es algo que parece ajeno a las grandes compañías para ejemplos Microsoft, que de ser el rey indiscutible del software pasó a una quinta posición, Google parece seguir el mismo destino, aunque al menos ellos están totalmente enterados.

La que menos culpa tiene es la piratería, pues si hubiera un servicio que se adaptase a las necesidades de sus clientes, no jugaría un papel relevante, ni llevaría persecuciones mafiosas de asociaciones de la música, el cine y el software sobre sus usuarios.