Terremoto: la falla de San Andrés (2015): Reseña y crítica de la película

San Andreas es una película de desastres dirigida por Brad Peyton en el más puro estilo de Roland Emmerich tanto en el lado visual, como en el horrendo guión-plantilla que se usa para moldear diversas películas del género, por ejemplo; Independence Day (1996) y 2012 (2009).

Dwayne Johnson, Carla Gugino, Alexandra Daddario, son el elenco para traernos una entretenida cinta descerebrada de desastres que no pondrá en peligro nuestras neuronas tanto para provocarnos un infarto cerebral, una película que bien vale la pena si no esperamos nada más.

Claro, aquellos que sabemos lo duro que es un terremoto con miles de víctimas resulta un poco ofensiva, pero hay que hacer de tripas corazón.

La primer película de terremotos de la que tenga memoria fue una con ya un otoñal Charton Heston y Ava Gardner, Terremo (1974), cuyo modelo típico ya ha sido jubilado hace varios años en el cual iniciábamos con las vidas de varias personas con sus típicos problemas cotidianos, ocurre el breve desastre y la parte de supervivencia-escape como ocurriría en Infierno en la torre (1974) y La Aventura Del Poseidon (1972) o el rescate, la supervivencia y el tortuoso camino a la normalidad como ocurre en Terremoto.

El personaje trata de conectar con el espectador llenando una fantasía de los divorciados.

La nueva ola de películas de desastres que llegaron con Roland Emmerich, en cambio prefirieron una trama centrada en una sola familia o un grupo reducido de personas, la trama siempre ronda al padre divorciado cuya esposa e hija estan con su nuevo y flamante esposo/padrastro rico, el desastre se usa como un recurso argumental para acercar a la mujer y la hija a ese fracasado sin suerte todo dividido en tres arcos muy marcados, a la vez que un científico descubre que el desastre se aproxima y va guiando al protagonista o la población para que se prepare.

Así no se derrumban los edificios, la realidad es muchísimo más cruel.

El nuevo esposo muere y se olvidan de él como ocurrió en 2012 (2009), para que l final con una bandera americana ondeando se indique el regreso a la normalidad. En un país con una alta tasa de divorcios iniciados por mujeres, es como una trama que intenta identificarse dentro del inconsciente del americano promedio sometido a este estrés social donde ya no es la cabeza de la familia, este modelo lo vemos no solo en Estados Unidos, en Japón, el ánime y el manga ofrecen algo parecido con los géneros del harén donde todas las chicas caen por el chico protagonista que es una persona promedio.

Lo mismo pasó en 2012 y Día de la Independencia, así que no se quejen.

San Andreas cuyo título en español debería ser solo San Andrés, nos pone a Dwayne Johnson que interpreta un rescatista del departamento de incendios de los Ángeles llamado Ray, quien se ha divorciado recientemente de su esposa Emma (Carla Gugino) y tiene que lidiar con la idea de que incluso su hija Blake (Alexandra Daddario) se ha mudado a esa nueva vida al lado del novio de su madre.

En casi todas estas películas, es la hija del protagonista la que se rescata al último.

El sismólogo de Caltech, Lawrence Hayes (Paul Giamatti), descubre que un gran terremoto va a golpear toda la falla de San Andrés, lo que permitirá a Ray demostrar su valía a su esposa e hija mientras viaja para rescatarlas.

Un maremoto que tira rascacielos que pega en el mismo lugar que lo produce.

Si quieren mi opinión más franca, la completa trama es una estupidez tras otra, pero para mí lo más complicado era esperar a que pase el primer acto de media hora en el que los personajes se presentan, no lo soporto, por desgracia así es el cine norteamericano actual, después de ello la película se torna entretenida mientras lo que espero con ansias son las escenas de destrucción que recompensa con creces esa tortura.

A ver, las placas no se separan, se superpone y enciman, eso produce los temblores.

Es cierto, es ridículo que los edificios como rascacielos se derrumben como si no tuvieran estructuras internas, ni tuvieran compensadores neumáticos u otros sistemas antisísmicos, sí, igual de tonto que un maremoto se haga grande en el punto donde fue generado y no en las costas vecinas a donde llega la ola, sí, una ola de cien metros de altura... y bueno, si lo que quieres es pasarte un buen rato para ver y olvidar podrás disfrutarla como yo lo hago con el cine de Roland Emmerich, si buscas otra cosa que no sea chatarra, el que debe prepararse eres tú y mejor verla cuando salga directo a video.

La única función de Giamatti es abaratar costos, obtener la calificación familiar y dejar la ciudad desierta.

Calificación:5.2/10

Recomendable película descerebrada sin ningún fundamento científico o sentido del realismo, verla y luego olvidar.