Death Parade se ha vuelto muy rápido una serie de referencia, si bien el mes de febrero estuvo desierto de episodios memorables, este mes llenamos dos semanas consecutivas con buenos episodio, el segundo de ellos una serie americana.
Dado que esta es una serie que ya he revisado en el blog, pueden ver el análisis del mismo en la
reseña del episodio 9. Death Parade es una serie animada sobre personas que son sometidas a juicio que las llevará según la oscuridad en sus corazones al cielo o al infierno, Decim, uno de los jueces/árbitros que llevan esta especie de purgatorio se dedican a procesar a los recién llegados que arriban en ascensores.
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El episodio es el clímax de la serie, que nos lleva a reflexionar las premisas establecidas. |
Para los espectadores de esos juicios, nosotros los espectadores, nos deja con un enorme sentido de injusticia en muchas resoluciones, porque a pesar de la oscuridad en los corazones de las personas, estos no pueden ser siempre una medida de justicia, en un delicioso giro de los eventos en los episodio 8 y 9, los escritores de la serie deciden poner en duda el mismo sistema que ellos han diseñado.
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¿Se puede juzgar a una persona basado en malas decisiones? |
Pocos episodios de una serie animada son capaces de ser un reflejo de si mismos y de un sentido de la lógica narrativa de una manera tan clara, analizando todos y cada uno de los episodios anteriores para llegar a este clímax dramático.
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El episodio aclara que cualquiera puede ser puesto en una situación extrema y caer en la locura. |
La batalla entre dos asesinos, ambos vengadores, ambos con una gran pérdida a sus espaldas, se transforman por un hecho que a cualquiera podría llevar a cruzar la línea entre la locura y la maldad más pura, destruyendo la premisa de la justicia tras los juicios que en el purgatorio han establecido para dar una medida del bien y el mal.
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Los personajes principales crecen, no son entes inmóviles y reciben su propio juicio. |
Madhouse ha hecho un verdadero trabajado de ambientación, narrativa, musicalización e histrionismo para construir uno de los más potentes episodios animados de la historia de la animación japonesa que yo haya podido ver alguna vez, esa sensanción que sube por mi cerebros al estar casi un paso por debajo de la comprensión necesaria para entender todos estos sentimientos y significados que se han construido en a lo largo de la serie.
A veces es esa sensación de que te estas quedando atrás y no eres capaz de seguir lo que pasa y no te hace sentir mal, es que hay cosas que faltas, cosas que jamás comprenderás. Es una serie muy emocional, muy brutal, que nos aprieta esos sentimientos más duros que tenemos y los hace añicos hasta que soltamos un par de lagrimas, es una de esas series que se da entre un millar, no queda más que verla.
Imprescindible.
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