Kairo (2001): Reseña y crítica de la película

Kairo (Pulse), es una película de horror japonés dirigida por Kiyoshi Kurosawa, misma que luego sería adaptada en los Estados Unidos en Pulse (2006), durante el breve período que desató el boom de cine de horror japonés con Ringu (1998).

La película explora ideas que mezclan la modernidad japonesa y los problemas de una sociedad conectada a la Internet en la que se crean espacios ideales para formas extremas de apartarse de la sociedad.

Los personajes de Kairo son personas consumidas por la tecnología y no pueden salir de ese estado, una generación que siente la necesidad de conectarse a la red sobre su propia vida.

Todos las víctimas piden ayudan, pero no pueden apartar la mirada del seductor monitor que va devorando sus almas.

Trama
Kudo Michi (Kumiko Aso), es la protagonista de la primera historia del filme, quien se ve en la necesidad de tratar de salvar a sus amigos quienes van desapareciendo misteriosamente en un fenómeno que se expande por todo Japón, por todo el mundo lentamente.

Los fantasmas se mueven entre la tecnología y sus víctimas se encierran a sí mismas en habitaciones cubiertas de cintas rojas que se apoderan de aquellos que las quitan.

La segunda parte nos presenta a Ryosuke (Haruhiko Katô), estudiante de economía, quien recientemente ha contratado un proveedor de Internet solo para encontrar un sitio con videos de personas en cuartos oscuros en actitudes perturbadoras.

Harue Karasawa (Koyuki), una estudiante de ciencias de la computación, establece la teoría de que los fantasmas se han materializado en el mundo de los vivos.

Calificación: 7.8/10

Crítica
Tristemente se ha convertido en un signo de nuestra época y la conectividad se ha tornado omnipresente en nuestra vida cotidiana. El tema principal es tan vigente como lo fue el día de su estreno; Kairo no intenta explicar el origen de los fantasmas, más allá de la propia metáfora de la manera en que la tecnología crea un control sobre nuestra realidad, reemplazándola, convirtiéndonos en seres solitarios que evitan el contacto humano.

Para la despistada versión norteamericana de 2006, directamente se culpa a la tecnología, definido el problema así el enemigo, convirtiéndose en una cinta de terror al uso removiendo los elementos que han hecho de la original una cinta obligada del horror japonés.

El ritmo es lento, eso puede ser el mayor obstáculo para aquellos no acostumbrados al manejo del tiempo en la narrativa asiática como un medio de crear la tensión, en vez de atiborrarnos con efectos digitales.

Sin duda una de esas películas que uno no puede dejar de ver a pesar que no ha envejecido de la mejor manera.

Recomendada.