lunes, 17 de agosto de 2009
La fructosa, La Coca, la Pepsi y otros chescos: Cuando el refresco empezó a saber a medicina
Las compañías de refrescos más grandes en México, Pepsi y Coca-cola, además de precios caros comparados con los Estados Unidos, se suma la generalización de la fructosa en la dulcificación del refresco.
Esta dulcificación a base de Jarabe de Maíz fue implementada gradualmente, acostumbrando a la población al sabor que tan solo unos años antes estaba compuesta de azúcar de caña (Mascabado o Refinada) y que gracias a intereses extranjeros auspiciados por Vicente Fox, fue desplazada por fructosa producida en los Estados Unidos agravando el deterioro del campo.
La consecuencia inmediata del cambio, no solamente afectó al campesinado, la fructosa dentro del jarabe de maíz es en gran parte responsable de la anómala forma en que la población mexicana ha engordado en un corto período de tiempo debido al alto consumo en productos chatarra que ahora la emplean.
Desde 1980 Pepsi fue de las últimas compañías que reemplazarían en los Estados Unidos la azúcar por fructosa en la conocida guerra de las Colas, en México las formulas en base a fructuosa comenzarían con el arribo de Vicente Fox al poder, quien prácticamente terminaría desbaratando la industria del azúcar en México, en el corto período del arribo de las nuevas formulas a base de alta fructosa de Jarabe de Maiz, en una década, los Estados Unidos ya era el país con más obesos a nivel mundial.
El suceso se repetiría con el primer consumidor de refrescos de cola en el mundo, México, que en menos de una década se volvió en el segundo país con más obesos en el mundo.
Se han inventado mitos al rededor del empleo del Jarabe de maíz, como que la fructosa es benéfica para los diabéticos o que engorda menos por endulzar más con menos cantidad, sin embardo, se ha demostrado científicamente que la fructosa duplica el nivel de trigliceridos (grasas) en el organismo que cuando se ingería azúcar de caña, entre sus consecuencias directas están el aumento del apetito.
Los trigliceridos disparan el nivel de colesterol en la sangre, pero además se ha detectado que la gente con resistencia a la insulina es más sensible a la Fructosa, una condición pre-diabética relacionada con la obesidad.
Existen los problemas relacionados con la Intolerancia a la fructuosa que una gran parte de la población puede presentar sin conocer que la padecen.
Entre sus síntomas están; somnolencia, irritabilidad, nauseas, agrandamiento del hígado y del bazo, entre otras muchas, algunas no muy documentadas.
La intolerancia a la fructosa podría ser la explicación de que existan dolores abdominales, diarreas y la acumulación de gases y flatulencias a los que no se encuentra solución alguna por desconocer su origen.
El sabor desabrido del jarabe de maíz es por demás característico y puede diferenciarse fácilmente de la azúcar de caña, en refrescos carbonatados como la Pepsi o Coca-Cola, deja un desagradable sabor residuo luego de la ingesta, un sabor comparable al dejado por el bicarbonato de sodio en los anti-ácidos efervescentes.
Es muy difícil dejarlos
En parte no, si se planea bien, mi familia tomaba la Pepsi diaria desde que tengo memoria, tampoco es que seamos obesos, pero el sabor de la Pepsi y la Coca actualmente; es horrendo, y eso ayudó bastante al cambio, y es un cambio, porque la forma más sencilla de dejar la Pepsi es sustituirla por otra bebida hecha a base de Azúcar de Caña.
Reemplazar la alta fructosa del Jarabe de Maíz es una forma más efectiva para bajar de peso y controlar la obesidad, aunque no es fácil dejar el hábito por las bebidas endulcoloradas, lo más sencillo es sustituirla, no por licuados, ni aguas frescas, sino por otros refrescos a base de azúcar de caña sin gas, naranjadas por ejemplo.
Empresas mexicanas como Cooperativa Pascual son de las pocas que usan azúcar de caña en sus bebidas y así lentamente pasar o alternar con aguas frescas como la horchata, el jugo de limón y naranja, migrando poco a poco a la vieja y tradicional agua limpia.
La azúcar de caña y la azúcar mascabado no es una panacea, tiene sus puntos débiles en el exceso de su consumo, pero siendo generalmente azucares sin refinar, tienen mucho que aportar al cuerpo y son más saludables a largo plazo, además que pocas personas desarrollaran diabetes a partir de ellas, cosa contraria a la azúcar refinada y la fructosa del Jarabe de maíz de los refrescos y comidas chatarra.
Tome en cuenta que mientras su salud se deteriora, las holgadas ganancias de las refresqueras se duplica con productos de baja calidad que venden caros, que de poco servirían para calmar la sed del ganado.
Esta dulcificación a base de Jarabe de Maíz fue implementada gradualmente, acostumbrando a la población al sabor que tan solo unos años antes estaba compuesta de azúcar de caña (Mascabado o Refinada) y que gracias a intereses extranjeros auspiciados por Vicente Fox, fue desplazada por fructosa producida en los Estados Unidos agravando el deterioro del campo.
La consecuencia inmediata del cambio, no solamente afectó al campesinado, la fructosa dentro del jarabe de maíz es en gran parte responsable de la anómala forma en que la población mexicana ha engordado en un corto período de tiempo debido al alto consumo en productos chatarra que ahora la emplean.
Desde 1980 Pepsi fue de las últimas compañías que reemplazarían en los Estados Unidos la azúcar por fructosa en la conocida guerra de las Colas, en México las formulas en base a fructuosa comenzarían con el arribo de Vicente Fox al poder, quien prácticamente terminaría desbaratando la industria del azúcar en México, en el corto período del arribo de las nuevas formulas a base de alta fructosa de Jarabe de Maiz, en una década, los Estados Unidos ya era el país con más obesos a nivel mundial.
El suceso se repetiría con el primer consumidor de refrescos de cola en el mundo, México, que en menos de una década se volvió en el segundo país con más obesos en el mundo.
Se han inventado mitos al rededor del empleo del Jarabe de maíz, como que la fructosa es benéfica para los diabéticos o que engorda menos por endulzar más con menos cantidad, sin embardo, se ha demostrado científicamente que la fructosa duplica el nivel de trigliceridos (grasas) en el organismo que cuando se ingería azúcar de caña, entre sus consecuencias directas están el aumento del apetito.
Los trigliceridos disparan el nivel de colesterol en la sangre, pero además se ha detectado que la gente con resistencia a la insulina es más sensible a la Fructosa, una condición pre-diabética relacionada con la obesidad.
Existen los problemas relacionados con la Intolerancia a la fructuosa que una gran parte de la población puede presentar sin conocer que la padecen.
Entre sus síntomas están; somnolencia, irritabilidad, nauseas, agrandamiento del hígado y del bazo, entre otras muchas, algunas no muy documentadas.
La intolerancia a la fructosa podría ser la explicación de que existan dolores abdominales, diarreas y la acumulación de gases y flatulencias a los que no se encuentra solución alguna por desconocer su origen.
El sabor desabrido del jarabe de maíz es por demás característico y puede diferenciarse fácilmente de la azúcar de caña, en refrescos carbonatados como la Pepsi o Coca-Cola, deja un desagradable sabor residuo luego de la ingesta, un sabor comparable al dejado por el bicarbonato de sodio en los anti-ácidos efervescentes.
Es muy difícil dejarlos
En parte no, si se planea bien, mi familia tomaba la Pepsi diaria desde que tengo memoria, tampoco es que seamos obesos, pero el sabor de la Pepsi y la Coca actualmente; es horrendo, y eso ayudó bastante al cambio, y es un cambio, porque la forma más sencilla de dejar la Pepsi es sustituirla por otra bebida hecha a base de Azúcar de Caña.
Reemplazar la alta fructosa del Jarabe de Maíz es una forma más efectiva para bajar de peso y controlar la obesidad, aunque no es fácil dejar el hábito por las bebidas endulcoloradas, lo más sencillo es sustituirla, no por licuados, ni aguas frescas, sino por otros refrescos a base de azúcar de caña sin gas, naranjadas por ejemplo.
Empresas mexicanas como Cooperativa Pascual son de las pocas que usan azúcar de caña en sus bebidas y así lentamente pasar o alternar con aguas frescas como la horchata, el jugo de limón y naranja, migrando poco a poco a la vieja y tradicional agua limpia.
La azúcar de caña y la azúcar mascabado no es una panacea, tiene sus puntos débiles en el exceso de su consumo, pero siendo generalmente azucares sin refinar, tienen mucho que aportar al cuerpo y son más saludables a largo plazo, además que pocas personas desarrollaran diabetes a partir de ellas, cosa contraria a la azúcar refinada y la fructosa del Jarabe de maíz de los refrescos y comidas chatarra.
Tome en cuenta que mientras su salud se deteriora, las holgadas ganancias de las refresqueras se duplica con productos de baja calidad que venden caros, que de poco servirían para calmar la sed del ganado.
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5 comentarios:
ORale un muy buen post, explicado con lujo de detalles.
ResponderBorrarSaludos
LA FRUCTUOSA INCREMENTA EL ACIDO URICO EN LA SANGRE,,,ASI QUE LOS QUE PADECEMOS HIPERURICEMIA NO DEBEMOS CONSUMIRLAS
ResponderBorrarLeiste mal el artículo, el cual solo compara fructosa con la glucosa; el estudio también solo compara los casos de unas pocas personas.
ResponderBorrarExcelente método discreto de acabar con la humanidad, me basta con reconocer el efecto que tienen estas bebidas al depositar las en un recipiente con tuercas, arandelas y tornillos carcomidos por el oxido, también se sorprenderá al ver los efectos de limpieza en válvulas, mofles de escape y carburadores de motores, entre otros. Se imagina que no hará en el organismo? Solo un Taxidermista lo sabe.
ResponderBorrar¡Muy buena y util información, felicidades!
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