
Fue en 1543 que Nicolas Copérnico, quien con la publicación de su legendario libro Sobre el movimiento de las esferas celestiales, que la Astrología perdería todo sustento lógico al ser establecido que era el Sol y no la Tierra, el centro en torno al cual giran los planetas (Heliocentrica).
Finalmente con el rechazo de la iglesia y una ciencia poco tolerante a ideas del destino, la Astrología se separaría de la Astronomía volviéndose una pseudo-ciencia, recorriendo su propio camino, relegada a una atracción de feria.

El Horóscopo que cada día millones de personas buscan afanosamente en diversos medios, se basa en algo tan simple como crear un perfil, por lo general de carácter positivo que encaja con cualquier personalidad.
El fenómeno de individualizar este perfil y pensar que es destinado a nosotros únicamente, se conoce como efecto Barnum.
El efecto Barnum, falacia de validación personal o efecto Forer, es la observación de que los individuos darán aprobación de alta precisión a descripciones de su personalidad que supuestamente han sido realizadas específicamente para ellos, pero que en realidad son generales y suficientemente vagas como para ser aplicadas a un amplio espectro de gente.

Es por eso que sus únicos efectos son aquellos que brinda el efecto placebo y la superstición de cada persona.
El efecto Barnum es llamado así en honor a Phineas Taylor Barnum (1810-1891), un estafador que crearía el concepto de Circo de fenómenos, donde se mostraba a personas con diversas condiciones clínicas y enfermedades congénitas, convertidas en monstruos mágicos y malditos.
Barnum fue famoso por sus estafas que millones de personas dieron por ciertas, hoy para su desgracia la historia lo ha puesto en su lugar como el despiadado empresario y estafador que siempre fue.
Tómenlo en cuenta cuando derrochen dinero en un Horóscopo.
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