La historia de un niño y su dado: Los peligros tras Kinder Sorpresa

Un día estaba jugando -tenía unos 4 o 5 años, según recuerdo- y por una u otra razón terminé con un Dado metido en la nariz, sí, en uno de los orificios de mi pequeñaja nariz, un minúsculo Dado se me había quedado "enroscado". A mi corta edad, me dí cuenta que estaba en un apuro serio.

Así que la genial idea que tuve es meterme los dedos para jalar el "dado malo", que por una u otra razón -valga la redundancia-, se metía más y más en mi naricita.

Total, que si no es por mi madre -héroe- que me tapó una de las narinas y me ordenó que empujara con el aire el dado y que saliera por pura presión, la cosa se hubiera puesto muy fea, por lo que siempre he tenido presente los problemas de los juguetes pequeños

Si bien es cierto que muchos juguetes que compramos en las tiendas han pasado muchas pruebas para asegurarse que los niños no sufrirán asfixia al tragarse una pieza, la verdad es que nada puede más que un padre o madre que irresponsablemente compre un juguete que además sea una golosina y este es el caso de los famosos huevos Kinder Sorpresa, unos pequeños juguetes armables metidos dentro de un huevo de chocolate.

Que inspirador, una carrito con una calavera...

Y es que me sorprendió bastante ver en su línea de juguetes de Kun-fu Panda unas piezas bastantes pequeñas, que bien podría asfixiar a un niño menor de 8 años, si este se lo llevara a la boca -como a mi me pasó con el dado-, si bien es difícil abrir el juguete sin la ayuda de un adulto, es claro que muchos de estos juguetes terminan en manos de los niños equivocados:

Foto de un niño abriendo su Kinder Sorpresa, desde Jane blog.

En Estados Unidos están prohibidos, no solamente porque la combinación juguete-dulce es peligrosa, sino porque el Acta federal de 1938 de alimentos y drogas, impiden incluir "elementos no nutricionales" dentro de los dulces.

Partes excesivamente pequeñas: Foto de Spending money on plastic.

Curiosamente en algunos países, especialmente en Alemania y Europa, son los adultos los que más compran estos juguetes como un producto de colección, aunque todo lo contrario en América Latina que principalmente se destina a los niños, donde la cultura de la seguridad es bastante vaga.

Lo peor de todo el asunto, es que si la capsula fuera más esférica, sería innecesario armar el juguete, pero parte del encanto es ensamblarlo, aún cuando el niño que lo arme sea incapaz de hacerlo.