Hugo regresa, igual que ayer, siempre lejos de sus trincheras, al futbol español que le vio nacer, bajo el mote del "indio", el "sudaca", "panchito regresa a casa", motes que se llevaron al olvido entre la efervecencia de cada gol, uno de los mejores centros delanteros de todos los tiempos, el pentapichichi, Hugol.
Almería lo trae, Almería lo lleva.
Salió entre alabanzas de los estadios españoles para regresar "de arrimado", "haz patria", "español de lengua, naco de espíritu", "Ego Sanchez", a los barrios mexicanos. Y es que al mexicano le gusta el fracaso, muestra de su propia mediocridad, al dejar en manos de ajenos su futuro y regañando al malparido que asoma la cabeza del rebaño de borregos y sale a brincos del corral.
Mexicanos que rezan a cuadros de milagros inventados, sometidos a las ordenes de los Azcárraga, de los complacientes al sistema, de los "lideres de opinión pública" y el "Sí se puede", que "No, no se pudo",. "Ya merito", "Jugamos como nunca..." y continua.
Hugo, un estrafalario, todo un crack, el señor Hugol, sin dilación, no hay que esperar que los mexicanos le llamen Ego Sánchez, para que se vaya, encuentra a manos llenas en el extranjero lo que su propio país le niega, una cana al aire por todas su victorias y triunfos, tal Cesar al llegar victorioso a la Roma de sus amores, con el bulto de Vercingétorix. En México no hay memoria.
Será un periodista de nota blanca de Milenio, Roberto Velázquez Bolio, quien responde al nuevo y desafiante Hugo, ofendido ante el desaire, de quien nunca estuvo convencido del desaparecido y eterno Proceso de La Volpe:
Imagino la furia con la que los nacionalistas recibirán esta perla, Hugo Sánchez declara:
“después de la selección para subir estaba el Almería”.
Ahora resulta que un club fundado en 1989 de una ciudad de 200 mil habitantes, con dos temporadas en la Primera División de España y que no ha ganado absolutamente nada, es un paso adelante que el equipo representativo de un país de 100 millones de habitantes y que ha jugado 14 Copas del Mundo.
Esos mismos nacionalistas, no dudaron en despreciarlo y castigarle por sacar la cabeza, por afirmar "Yo puedo", mientras ellos desde el anonimato gritan "Si se puede", como si gritando a otros, se fueran a cumplir sus sueños.
¿En que se compara el Club UD Almeria, creado en 1989, de una ciudad de 200 mil habitantes, que no ha ganado nada, a una selección Mexicana que ha participado 14 veces en la Copa del Mundo, pero no, no ha ganado nada, ni siquiera ha pasado de la primera ronda?, no sé, es algo "muy difícil".
Vete Hugo, que aquí no te quieren, no haces falta, ni se te respeta, se pierde igual con los procesos eternos de un LaVolpe argentino, que con el sueco Sven-Göran, y es que el mexicano tiene corta memoria, cada entrenador es otra historia, otra selección, pero todas incapaces de ganar nada. Gana hugo para los españoles, lo que los mexicanos no pueden ganar para si mismos, un poco de respeto para variar.
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