Quien acecha en la oscuridad, menoscaba la vida.
Privan del sueño y de las risas, ¡que todos mueran!, ¡que todos sufran!
Su sangre moje nuestros pies y manos, su carne desgajada se hunda en el estiércol más atroz y nimio.
¿Por qué he de tolerarlo?, ¿Por qué debemos...?
Guillotina, ahorcamiento, inyección letal o fusilamiento, entre más dolorosa mejor me siento.
Que se les acabe el mundo, que no encuentren perdón. Indignos, perros.
Sus dioses les escupen y su pírrica Santa muerte los lleva a limbo eterno,
¡líbranos de su presencia en los infiernos a los que nos mandan!,
Que el vacío los consuma, tan lentamente, tal si fuera la más longeva de las estrellas.
¡Quédense enterrados en el olvido de nuestros recuerdos más oscuros!
Sólo mueran.
martes, 2 de septiembre de 2008
La Pena de muerte al son de Giuseppe Verdi
Hoy escuchando a Verdi, una bellísima partitura conocida como Dies Iraes, cuyo significado es Día de ira, es un himno del latín medieval que describe el Día del Juicio Final y que se utiliza en algunas misas funerarias, me deja con mis propias reflexiones sobre la conveniencia de traer el día del juicio, a esas malolientes ratas que se esconden en las calles de México. Un pensamiento personal para ellos y ellas que se dedican a convertir el mundo en un infierno:
Categorias:
Libertad de expresión,
México,
Pensamiento
Comentarios y Consultas
Los mensajes serán revisados a veces. No te olvides que soy una persona, no se trata de faltar al respeto, todos tenemos opiniones, no hay que enojarse.
Puedes marcar Notificarme para recibir la notificación de la respuesta.