Estaba sentado en la sala junto con un grupo de amigos, viendo la película de la semana, alguno de ellos se ha reído, yo lo acompaño con sonoras carcajadas, en el vaiven de la risa uno se me acerca y me pregunta muy divertido.
-¿De que se están riendo?- yo, hago una mueca acusatoria.
Pero… ¿de que me estoy riendo…?
Fuí víctima más del reflejo condicionado.
Otro día estaba viendo el chavo del Ocho con una risa pregrabada, comencé a reír y parecía que esperaba la pauta de las risas mecánicas para yo mismo reírme.
¿Quieres una galleta? ... Guau, guau.
Días después vi otro sin risas pregrabadas y descubrí, que de la media hora que duraba, 25 minutos los empleé para dormir.
...zzz.
Caí...
Una tarde caminado por la calle, del otro lado de la acera, comencé a oír un extraño zumbido:
Bichito, bichito, bichito
Instintivamente reaccioné y gire buscando el origen de tan inquietante sonido... tres condenadas muchachas habían hecho la prueba de que un nombre no es más difícil de "engatusar", que un triste gato.
¡Miau!
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