Siguiente, episodio 7 "Submarino naranja"
Las brujitas regresan para un episodio que introduce más personajes, Akko sigue haciendo el ridículo obligados por la necesidad de tener que hacer de la personaje algo miserable sin la menor justificación, porque Akko no puede volar, no puede hacer magia correctamente, no puede ser nada más que un patiño de si misma.
Así que además de que no puede hacer nada bien, tiene que quedarse en clase hasta lograrlo, perdiéndose la llegada del ministro Umbrigde la escuela y su guapo hijo Andrew, quien conoce a Diana por una reunión que tuvieron de niños, Andrew desde luego no cree en la magia y espera su desaparición.
Mientras Akko asume que es la peor de todas las brujas, encuentra una de sus cartas con otra de las magias de Shiny Chariot que puede despertar el poder oculto de una bruja y se encuentra dentro de la escuela: La fuente de Polaris.
Al aventurarse en el área prohibida, se encuentra a Andrew, quien es intrigado por sus orejas, quien momentos antes muestra su desprecio total hacia la magia y su padre, quien secretamente detesta a las brujas, solo las visita para comprobar el estado de sus enemigas.
Andrew se impresiona por las fuertes creencias en la magia y al ser hechizado por accidente, se ve en la necesidad de acompañar a Akko
En este episodio veremos una gran parte de los recuerdos de Shiny, en estos se muestra como ella llega pidiendo el poder de las estrellas, pero no hay ningún poder que pueda obtener, así que Shiny tiene que primero aprender la magia por trabajo duro, podríamos asumir que Shiny y Akko tienen un inicio parecido.
Después de mucho estudiar y practicar, fallar y triunfar, regresó a la fuente, Shiny no tuvo que recibir el poder de las estrellas para suplir su debilidad como bruja, sino que cuando estuvo ya preparada, ella misma convocó esa fuerza con sus poderes y conocimiento. Siendo una prueba sobre la perseverancia y actitud, no sobre obtener un poder como un camino corto al éxito.
Calificación: 8/10 |
Todo este anime se centra en lecciones morales y sus tropos implícitos, lo que puede caer en el tedio, pues obliga a un modelo de narración muy esquemático e incluso termina por ser bastante extraño encontrar un anime que busque incluir algo más propio del modelo de animación norteamericano de los ochentas del siglo XX que por ley obligaba a incluir una moraleja donde siempre terminaban riendo sin razón alguna al final de cada episodio, explicando el hecho moral -como ocurre aquí cuando Ursula y Akko hablan del hecho, eso vuelve cada episodio muy predecible, pues exige un sacrificio de la lógica narrativa.
Sin olvidar que odio, detesto cuando un santurrón quiere decirme tan petulantemente como debo vivir mi vida y se ponga de juez sobre lo que es bueno y malo, cuando en la vida no hay algo que pueda definirse como bueno o malo, sino depende del resultado final. Tomar caminos fáciles no tiene nada de malo, lo hacemos todo el tiempo, la historia demuestra que sí, a veces el camino fácil no deja nada bueno, pero otras veces es lo que te diferencia a ti de Bill Gates o Mark Zuckerberg -quienes eligieron el camino fácil de una u otra forma, y estos dos de Steve Jobs, quien siguió el camino más difícil y se la pasó canutas para recuperar la propia compañía que él creo, adquiriendo una personalidad amargada y pedante, muriendo de cáncer cuando eligió el camino fácil y prefirió la medicina alternativa a la quimioterapia... a él si le costo su decisión.
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