La leyenda de Korra Libro 4 (2014) Episodio 11, "La táctica de Kuvira", reseña y critica de la serie animada

El penúltimo episodio de Korra se estrena bajo el título Kuvira's Gambit, Amazon y iTunes nos amanecieron con la noticia de que no lanzarían el episodio en el mismo horario que los diez episodios anteriores, así que tuvimos que esperar su salida en Nick.com bien puestos con nuestro programa VPN para poder verlo en directo, a mi eso me sacó de mi calendario de reseñas, así que esto aparecerá tarde.

Ya con el título Gambit, sabía que era sobre sacrificar a un peón para una ganancia estratégica, así que salvo que fuésemos muy ingenuos ya sabíamos quien era el peón.

Como ya había dicho esta serie se terminará en sus tres episodios finales, pero este primer episodio final es lamentable, ja, ja. Tanta riqueza de clichés... ¡oh dang!

Anterior, episodio 10 "Operación Beifong"
Siguiente, episodio 12 "El día del Coloso" y episodio 13 "La última resistencia"

Trama
Kuvira pone en marcha su plan y anuncia su intención de marchar sobre ciudad República (anunciándolo por radio) declarando que la ciudad les pertenece históricamente.

Comparen el segundo rio de der. a izq con las escena del coloso y verán lo minúsculo del reino de tierra.

Al final de su anuncio vemos el "amor" que se profesan Kuvira y Baatar Jr. y su futuro como emperadores de China, digo, el reino de tierra.

Bueno espero que con esto se acaben sus expectativas en el coraje de los escritores.

Zhu Li les informa sobre el ataque que tendrá lugar en dos semanas y de la superarma de Kuvira, por lo que el presidente Raiko ordena que la evacuación se obligatoria. Mientras que vemos la reunión de ella con Varrick que pudo establecerse allí y dejarla resuelta, pero no, hay que rellenar tiempo con parejas que a nadie importa demasiado tarde, aunque no me desagrada Zhu Li, es solo que no es una historia que quiera al final de todas las temporadas.

Oh por favor... dang.

Para no acabarla de amolar con eso de Mejor un rey incompetente que un gobernante surgido del pueblo, el príncipe Wu da un discurso para apaciguar a la gente y ayudar a que evacuen la ciudad para ahorra presupuesto en animación.

En la versión china Kuvira se haría secretaria del partido popular y Wu acabaría de jardinero del palacio.

Korra va a intentar acabar con el cañón espiritual de Kuvira esperando encontrar el tren que ella iba a usar, pero de la nada Kuvira saca un gigante que había diseñado para esa arma, vamos, fue tan inteligente Baatar Jr. y ya tenía planeado un gigante donde iba injertado el arma en un tris, ya el tren era una proeza increíble, ahora imaginen un enorme robot gigante.

El planeta de Korra es muy pequeño... espero no tengamos otra pelea de gigantes.

Al casi morir por el ataque de Kuvira, Korra tiene que regresar para advertir a Raiko de que Kuvira la infalible, nunca creyó en Zhu Li, como no lo hizo en Baatar Jr. (que al final nos ofrece el peor cliché de todo el episodio) pues el ataque no tendrá lugar en dos semanas, sino en horas.

Ya no podemos hacerlo más espectacular, ahora hagámoslo más grande y ruidoso en CGI.

Ciudad República, que es asombrosamente pequeña, tendrá que rendirse cuando Kuvira vuela la flota de lanchas de juguete del general Iroh (en serio es hilarante la escena, pues las mismas cambian de tamaño cuando se supone son enormes barcos).

Chequen el rio al fondo y compárenlo con el mapa de Kuvira.

Así que la única idea de Korra es tomar prisionero a Baatar Jr. para que le revele la debilidad del Kuvira, pero este se niega, aunque finalmente le amenaza con mantenerlo alejado de Kuvira para siempre sino le pide que se aleje de Ciudad República ofreciéndole a cambio dejarle en paz con su Imperio.

Que la CIA se encargue de las torturas igual y no le sacan nada.

Mientras Baatar por el dolor de verse alejado de Kuvira, decide pedirle a esta que detenga el ataque o nunca podrán estar juntos, pero Kuvira que acepta con tal de tener a su amor de vuelta, triangúla la posición de Korra y Baatar Jr. y apunta con el cañon.

Triangulación de radiofrecuencia, si se tragan un robot, igual la triangulación.

¿Morirá Korra? Pues claro que no, el rayo pasa de lado y Kuvira solo dispara una vez, todo para que Baatar Jr. cambie de bando, regrese a los brazos de la perfecta madre Suyin y revele por fin la debilidad del gigante.

Cliché tras cliché.

Sin un trasfondo de lo que transformó a Kuvira en esta genial actriz sin emociones, que no es como si nos importase, Kuvira nos muestra que el gambito era Baatar Jr., su peón sacrificable.

Ahhh.

Calificación: 6.1/10

Crítica
Tan barato como el CGI del coloso, en este episodio Kuvira ya se establece como un villano a la altura de... como diablos se llamaba... a Unalaq, pero si Kuvira no se puede convertir en gigante se hace uno que chingados.

No hay nada que ya haya dicho en la parte de la trama, Wu basado en el emperador Puyi, va a ser encumbrado como el futuro sucesor del reino de Tierra, aunque en la historia de China acaba sus días como un desconocido jardinero.

Magnífico plan el de Korra, me dejó sin palabra a la altura del superdetective Mako, si el chiste es terminar y ya, tan bueno como el romance de Betty la Zhu Li y Don Varrick que tenemos que sufrirlo posteriormente, sin olvidar que hay que ahorrar costes de producción destruyendo los mecatanques voladores de Varrick y como se llama... A-Asami que tiene unos insignificantes diálogos en este episodio, por lo menos ha dejado su horrendo traje estilo Cruella de Vil.

Esa falta de coraje de los escritores al decidir redimir a Baatar Jr. fue uno de los momentos más bajos del episodio, la forma tan rápida en que cambia de opinión Kuvira, aunque anteriormente vimos que Kuvira no creía en Baatar Jr. con el escape de Bolin.

Pesó finalmente el hecho de meter a Opal y Kay, luego Zhu Li, pues casi no hay narrativa en el lado de los protagonistas y cuando lo hay es tan breve que la sensación de insatisfacción es grande.

¿El día del coloso nos va a traer la destrucción del coloso? ¿Quien sabe? Aunque al inicio del episodio tenía expectativas altas, termine muy decepcionado y eso, al menos de mi parte, lo dice todo.