La entrevista (2014): Reseña y crítica de la película

The Interview es una comedia y una sátira política dirigida por Seth Rogen y Evan Goldberg que desató una intrusión dirigida por Corea del Norte a los servidores de Sony Pictures que ha sido un brutal golpe para la compañía, pero que ha demostrado cómo el Efecto Barbara Straised; tratar de ocultar y prohibir algo, hace que este algo se vuelva más popular y deseado, la película es un éxito de cartelera solamente por el trasfondo político que la rodea en el exterior.

Tal vez no sea la más brillante comedia de todos los tiempos, pero seguramente se ha convertido en una cinta obligada como de clásico de culto instantáneo por su intencional e involuntario humor que satiriza la realidad de manera más profunda en el contexto en el que ha sido emitida.

No es la primer sátira sobre Corea del Norte, Team America: World Police (2004) ya hacía de las suyas con Kim Jong Il, pero esta es la primer película donde la trama tiene por objetivo el asesinato de su hijo, Kim Jong-un.

Da un poco de futillo a Anchor Man (2004) con tantas estrellas invitadas.

En la trama, Seth Rogen encarna al productor de entrevistas de farándula Aaron Rapaport, cuyo excéntrica estrella, Dave Skylark (James Franco), se dedica a exprimir hasta la última gota de verdad tras cada uno de sus invitados a Skylark Tonight.

En esta escena se rompe por mero accidente la cuarta pared a la izquierda.

Pero Rapaport no se siente bien cuando uno de los invitados a la celebración de su larga carrera como productor pinta una línea con él al diferenciar entre periodismo y periodismo rosa, lo que le deja un mal sabor de boca.

Las comedias actuales no tratan de ser comedias, sino una mezcla de lo serio e irónico.

Rapaport desea hacer entrevistas a políticos y quien mejor que Kim Jong-un (Randall Park), el dictador de la beligerante Corea del Norte, el cual es un asiduo admirador de Kylark con quien comprarte un carácter igual de excéntrico.

La CIA interviene para que ambos usen un arma biológica sobre Kim.

Esto no será una camino de rosas, pues se encuentran a la agente Lacey de la CIA (Lizzy Caplan) quien recluta a ambos para participar en el asesinato del "popular" líder norcoreano para evitar una guerra nuclear, lo que finalmente aceptan.

A Kim le gusta la buena vida y no se niega nada, como su gusto por lo occidental.

Calificación: 7.4/10

Crítica
Me he reído muchísimo y más cuando ya con anterioridad entendía las referencias a ese brutal gobierno comunista-estalinista de Corea del Norte, especialmente en novelas gráficas como Pyongyang: Una jornada a Corea del Norte (2004). Por otro lado, este egocéntrico dictador se presta a la comedia involuntaria y lo digo en serio:

Kim en un orfanato donde se educa y cuida a los pequeños mientras sostiene un cigarrillo.

Es cierto que no es la comedia más inteligente del mundo y tienes esas bajas expectativa al verla, lo que actúa a su favor al encontrar un producto diferente de lo esperado, si uno conoce mucho de la comedia de Seth Rogen puede caer en un tedio, yo al contrario, me he sorprendido gratamente.

Todo mundo tiene que apuntar lo que el gran líder indica aunque el pan escase.

Nunca pretende ser más allá que una fantasía política ligera y eso se comprende cuando no hay un compromiso dramático serio salvo para establecer el golpe narrativo que desencadena una reacción en los personajes, en parte por el carácter de los personajes que no se presta a ello, en parte porque tienen claro que solamente es una comedia.

¿De qué se ríe Kim? El trabajador está muerto de miedo.

Los personajes son muchas veces utilitarios y muchas de sus reacciones son para la transición entre escenas perdiendo mucha lógica, como cuando a Rapaport le devuelven al cuarto sin preocuparse de lo que sucedió con el tigre o no preocuparse de cómo este había muerto. La rápida conversión de Sook (Diana Bang) al lado de los protagonistas o los camarógrafos que siguen la cara de Kim y Skylark sin detenerse hasta el final en que corren despavoridos de la sala, a la vez que los guardaespaldas de este no detienen la filmación, de igual manera cuando los soldados no usan sus armas para entrar al control de las cámaras.

Te amamos.

Entre los errores garrafales que son cometidos a menudo en el cine: la bala del cañón del tanque que es lanzada con todo y vaina (La parte que se queda en el tanque y tiene el explosivo que lanza la bala) o cuando el helicóptero da su primera pasada por detrás del tanque y no lo agujera, cosa que hace en la segunda pasada y de frente, donde el blindaje es más grueso e inclinado.

No voy a hablar sobre lo moralmente correcto o incorrecto de la cinta o la necesidad de que refleje la realidad con escenas más elaboradas de las condiciones desfavorables de los norcoreanos como muchos quieren ver en Estados Unidos para justificar ese sentido de "salvar" al mundo que tienen, como lo tienen para convertir la película en un estandarte de la reafirmación de la libertad de expresión saturando las salas donde se ha proyectado y volviéndose uno de los vídeos más vendidos en Amazon y Google Store.

A final de todo, involuntariamente logra reflejar la realidad al adaptar parte de los inverosímiles excesos y excentricidades de un dictador, como la parte en la que sus súbditos se ven obligados a mostrar una falsa tristeza o alegría que no sienten o sobre explicarse para tratar de justificar el errático comportamiento de su líder en el modo que les han enseñado para recibir un balazo en el trasero.

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