One Punch Man (2019) Temporada 2 Episodio 11, Reseña y crítica

Es posiblemente el mejor episodio hasta la fecha y creo que podría decirse que era evidente que esto sería el final de esta temporada y no pasa demasiado en el episodio, básicamente combates y nos cuentan historias de personajes de los que no escucharemos demasiado y esperando que esta serie tenga 12 o 13 episodios, no es que sea relevante.

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Tenemos más sobre el origen de Garou, como una persona que consideraba injusto y que lo lleva a un camino para encontrar el poder para volverse un monstruo.

Death Gatling es el único que queda de pie y es el que más molesto está con el hecho de que no pertenece a la escala privilegiada de los héroes, por eso no llama a los de clase S, es derrotado humillantemente de un solo golpe.

El niño ahora piensa que Garou es un villano y huye, pese a que este último le defiende de los ataques de Death Gatling.

Gracias a que uno llama a los héroes con el dispositivo que tiene una cruceta y botones, Genos aparece para acabar con Garou, pero este logra evitar sus ataques.

Monstruos aparecen para salvar a Garou y eso da pie a pensar a Genos que Garou no es un delincuente común y debe ser eliminado. Lo curioso es cambia su cabellera y ojo derecho a uno de color rojo.

Genos comprende que Garou es fuerte en el sentido de sus técnicas y no solo en fuerza, por lo que decide acabar con este. Pero es salvado por la llegada de Silver Fang.

La realidad pinta muy mal para Garou que está en su límite.

Calificación: 7.8/10

La temporada se debió enfocar mucho más en Garou, creo que había mucho miedo a tomar decisiones y generar lineas argumentales pese a que el manga parece estar diseñado para ser adaptado al anime, la realidad es que la parte del concurso de artes marciales fue muy invasivo.

De todas maneras, creo que se queda por debajo del peor episodio de la primer temporada.

Parece que la temporada acabará con Garou llevado a la Asociación y no con el enfrentamiento con el Cienpies anciano, pero debería terminar en ese punto, porque todo sucede al mismo tiempo.