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Vemos las consecuencias del encuentro de la familia de Hyakkimaru y que eso no significó el rompimiento de la alianza con los ayakashi, además de que Oku sigue viva.
Hyakkimaru se obsesiona con acabar con más monstruos y Dororo encuentra una mujer que se parece a su madre -o asume su forma, quien lleva a los hombres en contra de su voluntad en el lugar donde hay una gran estatua de Buda sin rostro.
Ella droga a Dororo y se lleva a Hyakkimaru para ofrecer su rostro al Buda. En su deseo por un rostro perfecto para su buda, el escultor convierte su obsesión por la perfección en un buda maligno y una vez este muere, esa obsesión lo revive.
Pero Dororo cuestiona la búsqueda de la perfección cuando esta solo ha traído infelicidad. Encuentra que el rostro sonriente de Dororo, quien le llama madre, es el rostro que estaba buscando.
Esto ayuda a que Hyakkimaru detenga su deseo de ir a acabar con todos los ayakashi del mundo y se detenga a pensar en su deseo de estar con su propia madre. Así que van a unas aguas termales donde encuentra a Bawi, donde con el calor aparece un mapa en la espalda de Dororo.
Calificación: 7/10 |
Una de las cosas que no terminaremos por aceptar es que finalmente Tohamaru acabe como un villano convencional, pero todo se mueve sin un ápice conforme la adaptación original a pesar de los cambios hechos.
Si no entendieron el inicio, el hombre que arrastra Okaka ve a su esposa fallecida en Okaka y de eso se trata la trampa, a pesar de que se diga la historia de un escultor, tampoco podemos decir si era un hombre, era la manera en que Okaka quiso contarlo.
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