Este es otro episodio de transición y es muy denso, primero define el destino de Habaki luego del desastre en el castillo, donde su reemplazo lo quiere forzar a hacerse seppuku y la expulsión de Itto-Ryu. Son demasiadas cosas y están exageradamente comprimidas, pensé que algunas cosas se dejarían de lado, pero son tantos elementos que meten en único episodio, que claramente rompe la narrativa, pero no queda apenas tiempo, esta serie necesitaría de un mínimo de 50 episodios si no se resume.
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Ugen Hanabusa se vuelve el nuevo guardián del Shogunato o Bangashira y por esa razón a Rokki-dan y a Habaki le ha pedido que cometa seppuku, este piensa cumplimentar la orden mientras caza a Itto-Ryu, nos presentan rápidamente que Habaki tiene un hija ilegítima de nombre Ryo que forma parte de su unidades de ataque.
No se explica bien, pero Habaki es expulsado por el incidente en el castillo y los experimentos -además de perder los datos de la investigación. Igual Itto-Ryu se ve involucrado con la intervención de Dao y Isakku, así que Anotsu, quien ha quemado su cede, sabe que para alargar la caza del shogunato, deberán salir de Edo.
Anotsu se reúne con Ugen Hanabusa, quien pretende sacar a Itto-Ryu de Edo porque no quiere enfrentarse en una guerra que está en cede del Shogunato, el mismo le podría atraer un destino igual a Habaki y amenaza a Anotsu para que se vaya de Edo, asegurando que ordenará la desbandada de Rikko-Dan, los cuales son los que atacaron a
Sukezane Baro, que se defiende y elimina a un grupo de ninjas, Anotsu le dice que se moverá a Satsuma en siete días.
Rin está en la casa de Sori y le pide refugio para Manji en vez de ir a su propiedad, dos de las esbirros de Rikko-Dan aparecen, Meguro, quien está enamorada de Sori y su amiga Tanpopo, ambas estudian con el mismo. Rin se duerme con Manji en la misma habitación y le preguntará si sigue viéndola como una hermana.
Lo que Ugen desea es que una vez fuera de Edo, Habaki acabe con Itto-Ryu sin que sea su problema el arriesgarse a acabar con ambos, la idea es que lo haga en una semana y cometa sepukku, además de que deberá desintegrar Rikko-dan. Habaki intenta hacerlo en el plazo indicado, para ello capturan a la amante de Sukezane Baro, quien no dice nada.
Toma por rehenes a su esposa e hijo para este fin, Ryo intenta impedirlo, pero la esposa de Habaki logra salvarla siendo sumisa con las órdenes de Ugen, comprendiendo la relación entre su esposo y Ryo.
Ryo va con su padre al sitio destruido de la cede de Itto-Ryu, donde encuentran instalaciones enterradas, Rikko por ello se expone a una trampa y un gran número de sus hombres son ahogados o atravesados por flechas.
Magatsu golpea a la hija de Habaki, pensando esta que es imparable, pero Magatsu le hace ver que ellos no podrán ser cazados en el tiempo que Habaki espera.
El plan no le sale como espera porque ambos deciden ayudarle luego de que la madre de su primogénito conoce que Ryu es su hija ilegítima
Sin una esposa e hijo, Habaki establece un mes de plazo para acabar con Anotsu y si no lo consigue, acabará con Rikko-Dan con su propia espada y conociendo el plan de Uden para no querer encargarse de acabar con ninguno de los dos, este sabe que si Habaki falla, regresará a Edo y Ugen estará obligado a cazarlo, no podrá usar tretas esta vez y si fracasa en cualquier caso estará perdido, este se orina del miedo.
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| Calificación: 7.8/10 |
Es terriblemente densa de entender y tiene hoyos argumentales mal explicados, con un exceso de personajes que pueden atiborrar al espectador en una trama densa que apenas se desarrolla en 20 minutos y sin investigar por tu cuenta no entiendes mucho.
Se dice que menos es más, debieron eliminar subtramas y hacerlo condensado, remover todo lo que ocurre aquí y dejar a Habaki perseguir a Anotsu sin más interferencias, la trama de Ugen Hanabusa es inteligente, es que no da tiempo de digerirla.
No hay mucho más que explicar de lo que ya he resumido, Ugen quiere que Anotsu y Habaki se eliminen entre sí, él no tiene intención de involucrarse y sus métodos lo llevan precisamente al punto que quería evitar, pues claramente no es más que un oficial político que no sabe nada de guerra
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