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Tohomaru es más consciente que nunca de lo que pasa en la historia oculta de su casa al hacer que confiese el mensajero que vimos el episodio anterior, sin poder conocer qué relación tiene su familia con un bebé que nació hace 16 años atrás... digo, era más que evidente la relación.
Daigo, mientras se preocupa por la futura invasión del clan Asakura, le es revelado el rostro de su hijo por los demonios y que este se mueve para recuperar sus partes.
Tohomaru ataca a un demonio con forma de cangrejo -que no sabemos si es aliado de su padre, que devora a los pescadores del lago, ayudando a los habitantes de uno de los pueblos que viven en su dominio.
Hyakkimaru aparece para acabar con el monstruo y Tohomaru se pregunta quien es, mientras que Daigo pareciera que ha visto a lo lejos a su hijo.
Calificación: 8.2/10 |
No hay mucho que decir, el episodio, nos dice que los personajes no son villanos al uso -lo que ya sabemos y Tohomaru no es una mala persona, una persona honorable que acabará enfrentado inevitablemente a su hermano, me gustaría un final feliz para el chico, pero creo que acabará clavado en una espada sin que su hermano sepa quien es él.
Dororo no hace su aparición, lo que es bueno, porque seguramente estaría gritando a los cuatro vientos todo lo que sabe.
Hay que recordar, que los asesinos de Mio, son los subalternos de Daigo y la serie es sobre el ciclo de la venganza y la búsqueda de un lugar al cual Dororo llame hogar, lejos de los monstruos o los señores feudales, algo más al estilo del padre de Dororo.
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