Argentina tiene un largo bagaje y prestigio en este terreno, así que Metegol es una muestra de que nada tiene que envidiar a Estados Unidos o España, este último país tiene la mayor producción de películas de animación para el mercado internacional de un país de habla española.
Es basada en el relato Memorias de un wing derecho de Roberto Fontanarrosa que habla sobre la vida de uno de los jugadores de madera engarzados a un típico futbolín de salón, tan populares en el mundo.
La película tiene muy buen aspecto en el apartado gráfico sin perder su idiosincrasia para venderse internacionalmente.
Campanella plantea un tema que es contrario al deseo de ganar a toda costa propia de los jugadores de fútbol, quizás no de la manera más inteligente, pero que funciona para un relato que en un inicio se antoja sumamente predecible y favorable al héroe, quien no tiene apenas desarrollo alguno o no llega a un punto donde este se de cuenta que no es importante ser el vencedor, sino el amor y empeño que pone en ello, los sentimientos del héroe son los mismos de principio a fin por lo que no hay un sentido del viaje del héroe.
Un aspecto negativo es el uso de referencia a cintas que los niños seguramente nunca habrán visto y eso puede arruinar su primer contacto con obras del cine a las que se pretende homenajear por lo superfluo de las pretensiones de una cinta que no necesitaría de ellas en primer lugar.
Trama
Amadeo (David Masajnik), un modesto tendero de un bar que en su infancia fue un excelente jugador de futbolin. Se enfrenta a la poco prometedora idea de que su pueblo será tomado en propiedad por un antiguo rival de su infancia y ahora un gran jugador de fútbol, Grosso (Diego Ramos).
El villano y la damisela. |
El héroe en desgracia tiene demasiado favoritismo de parte del guión. |
La pasión por el deporte. |
El clásico reto, si ganamos, todo se resuelve, aunque no es así. |
Calificación: 6.7/10 |
Metegol deja un sabor agridulce, ya que el resultado a nivel de guión dista de ser el deseado y llega a ser bastante reiterativo y previsible, hay muchas buenas ideas que se opacan con el convencionalismo del planteamiento de otras, los giros de guión salvan una cinta que no te la tomarías más en serio.
El tema principal de la película ronda la idea de que ganar no lo es todo y debe haber un espacio para la verdadera emoción de jugar, el único problema con esto es que no se incluye globalmente en la trama, sino en el climax de la misma.
Sé que es hecho para los niños, a pesar de ello la "sobreintencionalidad" de este tema afecta el sentir natural del relato, porque se fuerza demasiado para que la historia vaya hacia ese lado.
Cuando la escena del partido llega y los buenos comienzan a hacer trampa, es bastante curioso recordar todas las películas donde los héroes ganan haciendo trampa y no está mal visto, porque son los buenos, un buen ejemplo de este tropo se puede ver en Un sabio en las nubes (1961), donde el protagonista usa la boligoma (flubber) para hacer que sus estudiantes ganasen un partido de baloncesto y hacerse así con la chica.
Metegol reniega de este tropo y usa la otra salida, en la cual el héroe aprende o recuerda que lo importante no es ganar, sino competir, pese a que nunca te crees que ese grupo de jugadores que apoyan al protagonista tengan nada que ofrecer contra el equipo rival del antagonista.
Es una película enfocada para los niños que puede ser un poco abrasiva con los adultos, pero si te gusta el fútbol no creo que le encuentres mayores problemas, recomendable, pero no imprescindible.
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