Se tiran desde dos pisos porque vieron al Diablo: La crónica del fanatismo religioso

En la Francia de Sarkozy, el 23 de Octubre 11 personas de origen africano han resultado heridas al lanzarse por una ventana de un segundo piso al confundir a uno de los inquilinos con el Diablo, luego de que este se presentase desnudo para preparar el biberón de su hijo, según han informado la policia francesa.

A veces dicen que soy un diablo "cabezón".

Los sucesos ocurrieron en un departamento al parecer rentado por inmigrantes africanos en La Verrière, un municipio situado a las afueras de París.

"13 personas se encontraban en un apartamento del segundo piso del edificio, aproximadamente a las 3 de la mañana uno de los inquilinos se despertó al escuchar llorar a su hijo", declaró la subprocuradora de Versalles Odile Faivre.

"El sujeto de origen africano y que estaba desnudo, se levantó para alimentar a su niño, pero los otros inquilinos le tomaron por el diablo -vivían en el mismo departamento-", añadió Faivre.

"Fue herido gravemente en una mano tras ser atacado con un cuchillo y fue expulsado del departamento".

A pesar de estar herido, intentó regresar al piso junto a su hijo, abriendo a punta de patadas la puerta. "Es en ese momento cuando los otros inquilinos, presas del pánico, huyeron saltando por la ventana al ver supuestamente al diablo".

Uno de los hombres saltó por la ventana con una niña de dos años que fallecería posteriormente y se encuentra detenido por la Policía. Siete de los heridos se encuentran aún ingresados con contusiones de distinta gravedad.

Ahora las autoridades han abierto una investigación para averiguar si las personas que cayeron saltaron por voluntad propia o si lo hicieron coaccionadas, pues no se encontraban bajo los efectos de ningún estupefaciente, por lo que puede ser un caso de pánico inducido por cuestiones religiosas y superstición.

Según la declaración del hombre: su mujer le confundió con el Diablo cuando se levantó desnudo a preparar un biberón para su hijo.

La histérica mujer gritó al verlo “¡el Diablo, el Diablo!”, lo hirió en la mano con un cuchillo, y con otras personas lo sacaron del departamento; según su relato.

Curioso, aclaro, pero nada de divertido tienen los límites absurdos al que llegan las personas movidas por la religión y la paranoia.