Cubo (1997): Reseña y crítca de la película

Cube es una película de culto de terror de origen canadiense, dirigida por Vincenzo Natali, que sin duda recordarán por su película Slice: Experimento mortal (2009), un rip-off de Species (1995) que hizo mucho ruido en la escena Indie.

A finales de los noventas no era raro ver cintas que trataba sobre la realidad virtual y falsas realidades, de hecho entre los ochentas y noventas la ciencia ficción fue muy prolífica, aunque un relato más destinado a la acción.

Si bien el Cubo no se puede decir que es completamente original, bebiendo de películas de los años setentas sobre desastres, en las que un grupo de personas es sometida a una situación de supervivencia que saca lo peor y mejor de cada individuo y cintas como Hellraiser (1987) o más centradas en el terror como El ascensor (1983), una de las razones por las cuales se le considere de culto es por su base matemática, Vincenzo Natali creó un corto para tratar de conseguir el filme llamado Elevated (1997) que es una joya en cuanto a cortometrajes de terror refiere, sin olvidar que la película se inspira en el capítulo 14 de la tercera temporada de La dimensión desconocida, llamada Cinco personalidades en busca de una salida (Dic. 21, 1961), que es posiblemente aún más inquietante que el mismo cubo.

Trama
Un grupo de personas aparentemente sin ninguna relación, se encuentra encerrados en una habitación de dimensiones regulares que luego descubren es un cubo perfecto, alarmados al no saber como llegaron allí.

Un hombre llamado Alderson (Julian Richings) despierta y se encuentra en una habitación diferente con forma de cubo con una escotilla en cada pared, piso y techo, cada una da a habitaciones idénticas excepto por sus colores. Al entrar en una habitación de color naranja y, sin previo aviso, es cortado en pedazos por una rejilla de alambre que lo mata al instante.

Quentin (Maurice Dean Wint), un policía de un comportamiento crecientemente violento, se da cuenta que las habitaciones son en realidad trampas mortales que tendrán que sortear si es que quieren sobrevivir y lo que parece ser un grupo de propósitos incompatibles.

Por otro lado, Leaven (Nicole de Boer), una estudiante de matemáticas, se da cuenta que en las placas de las entradas hay unos números grabados que parecen ser la clave para evitar las habitaciones con trampas.

Pero eso no será suficiente, cuando los ánimos del grupo se pone de manifiesto cuando el método de Leaven no parece ser suficiente, Quentin, quien lentamente va perdiendo la cordura, piensa que todos ellos están allí para jugar un papel y el suyo no parece uno muy bueno.

Calificación:7.9/10

Crítica
Siendo una película de muy bajo presupuesto para los estándares actuales, la premisa perseguida por el Cubo logra ser de un relato con una lógica bastante definida, todos tienen una parte que jugar dentro del grupo, unos son positivos, otros negativos, el resto está indeciso sobre a quien deben seguir o si por el contrario, se sumen en la paranoia.

De un relato puramente de supervivencia y terror, se convierte en uno de suspense a uno científico, cuando tenemos un misterio que subyace sobre la historia principal, que finalmente no es relevante como lo es la parte científica para el grupo, cosas que parecen molestar demasiado a la crítica norteamericana que busca que cada parte sea explicada y exista un flashback que nos hable más del pasado de los personajes.

Es en este tipo de películas, donde podemos entender que no es necesario conocer todos estos datos para empatizar con los protagonistas, se va dando conforme el relato avance, cuando se establece el sentido de grupo y eso se establece con las acciones de cada personaje y no su pasado.

Si analizamos películas de desastres entre los años setenta y ochentas del siglo pasado, como Infierno en la Torre (1974), Terremoto (1974), La Aventura del Poseidón (1972), etcétera, el grupo de supervivientes establecen una mecánica parecida, los principales antagonistas son parte del grupo principal, lo que cambia es que se meten historias secundarias para explicar a cada personaje, sus vidas, motivaciones y relaciones, que finalmente es un relleno que da al espectador certidumbre de quien es el héroe, quien el villano, quien sobrevive otro día, quien se queda víctima de sus propias fechorías y eso que nadie ha hablado de Titanic (1997), que lo hace más sutilmente, pero lo hace.

Finalmente para no extenderme, lo importante en el terror, no es sino el miedo mismo, la sensación claustrofóbica y opresiva en el ambiente para el espectador, no tengo que explicar cada cosa, romper la atmósfera para hablar del pasado del héroe fuera de los propios diálogos, digerir para el espectador el bueno y el malo, no existen, solo son sobrevivientes luchando por un día más en esta tierra y eso para mí es más que suficiente.

Recomendada cinta de culto de los años noventas, que no dejará indiferente a nadie y una de las pocas cintas de culto de esa década perdida en cuanto a terror refiere.