Kingsman: el servicio secreto (2014): Reseña y crítica de la película

Kingsman: The Secret service es una película británica del subgénero de espías dirigida por Matthew Vaughn, conocido por X-Men: First Class y las adaptaciones de Kick-Ass.

Una comedia en plan de homenaje de las películas de espías como James Bond y Hombres de Negro basada en el cómic The Secret Service de  Dave Gibbons y Mark Millar, que bien vale la pena para aquellos que no somos para nada apegados a este subgénero de cine que tiene su mayor éxito en Europa.

Samuel L. Jackson interpreta a Valentine, un curioso villano en una época donde todos los villanos se ven o comportan como Steve Jobs. Fuera de él, los demás protagonistas son actores secundarios, algunos de la talla de Michael Caine y un breve cameo de Mark Hamill que en los cómics se representaba a sí mismo y en la película al doctor James Arnold.

Trama
Gary Eggsy (Taron Egerton), es un bueno para nada cuya madre es una adicta y su padrastro, un mafiosos abusivo.

No llegué a conectar con el protagonista tanto como con Galahan.

Decide irse de parranda de con sus amigos robándole el coche a uno de los mafiosos de la cuadra y eso desata una persecución que produce su arresto.

Sin tener a nadie a quien recurrir en su familia, Gary llama al número que Harry Hart (Colin Firth), uno de los flamantes compañeros de trabajo de su fallecido padre, un agente secreto, le deja cuando este fallece.

El concepto de Kingsman es de lo más creativo en vez del típico agente del MI6.

Misteriosamente es sacado sin ningún problema de la cárcel y es invitado por Hart a participar en la elección del reemplazo para uno de sus compañeros bajo el nombre clave Lancelot.

Una de las secuencias mejor realizadas bajo el agua.

Gary forma parte de un grupo de chicos contra los que competirá para el puesto en Kingsman, una organización secreta que protege a Gran Bretaña donde sus miembros son definidos en base a la Orden del Rey Arturo.

Sin duda la inclusión de Valentine es puramente cómica que le da ese sentido único.

Mientras tanto, el enigmático Richmond Valentine (Samuel L. Jackson), quien es responsable de la muerte de Lancelot, ponen un peligroso plan que tiene implicaciones globales y solo con los Kingsman interponiéndose en su camino para detenerlo.

Una de las escenas más impactantes de la cinta y una de las más censuradas.

Calificación: 7.5/10

Crítica
A pesar de ser una parodia y muchas cosas se pueden perdonar, la trama está llena de hoyos narrativos, especialmente cuando analizamos muchos de los aspectos del plan de Valentine, en el cual se monta en la tarea de traer como líderes del nuevo mundo a todas aquellas personas que probablemente son las responsables de su actual condición de desastre -sin olvidar que la mayoría ya no estará en edad de reproducción o serán minorías blancas.

Esta escena falla porque Merlin descubre la charada de los paracaídas.

En ciertos momentos la acción cae en niveles de la apestosa Spy Kids, pero supongo que no se puede evitar en este género que raya la fantasía.

Algunas superposiciones de cabezas de los dobles son demasiado obvias.

El final es especialmente desafilado cuando por un lado se afirma que se intentan evitar los clichés nodales de las cintas típicas de espías, luego vemos a Valentine -quien es una genial adición como personaje, tarda en activar el dispositivo porque tiene que reposicionar los satélites y enviar la señal, a Merlin no le toma nada en hacer lo mismo con los chips de protección en las cabezas de los líderes y personalidades mundiales, igualmente se olvida de aplicar el efecto enloquecedor de sus prisioneros que parecen ajenos al fenómeno, sin golpes o moretones, como al mismo Valentine que no tiene un dispositivo que lo proteja contra las ondas que según este "afectan a personas con chips, como sanas por igual", esto es un error grande, porque el director se confunde entre los chips en las cabezas de sus colaboradores y los chips de telefonía de la gente común, los cuales no van injertados en la cabeza sino en los teléfonos, así que es una obviedad que afecte a ambos (los que tienen o no teléfono) por igual.

Lástima que la segunda parte no tenga de nuevo a Valentine.

Por lo demás es bastante disfrutable y tiene escenas que rememoran cintas clásicas realmente emocionantes -o las copia con descaro, y otras bastante impactantes como la balacera en la iglesia o la "no" aparición de Barack Obama en el filme.

En el cómic Gazelle, la chica de piernas de navaja es un hombre.

Hay además que tomar en cuenta que el cómic en el que se basa difiere bastante tanto en tono como en estilo, la escena inicial es diferente porque Lancelot muere con Mark Hamill y este no es un profesor como ocurre en la cinta, el cual es un dispositivo narrativo para explicarle de forma reiterativa al público que Valentine busca erradicar a la humanidad al ser estos un virus para la vida en la Tierra, en general el cómic es sepulcralmente serio y más una historia típica de espías, por lo que la película ha mejorado desde su material fuente.

James Arnold -que interpreta Hamill, de hecho es el villano de cómic y el protagonista trabaja para el MI6, el servicio secreto británico donde no hay un Galahan, ni un Lancelot o un Merlin y la agencia Kingsman no existe.

Recomendable, con una secuela en curso llamada Kingsman: El círculo dorado.