
Desesperados, los padres del bebé lo arrojaron de un tercer piso con la esperanza de que algún bombero lo atrapara. Así fue y el pequeño salió ileso, pero se estima que su familia murió.
Al menos nueve personas murieron durante un incendio, en un edificio de cuatro pisos en el pueblo alemán de Ludwigshafen. Un niño salvó su vida al ser agarrado en el aire.
Los padres del bebé quedaron atrapados en el tercer piso del edificio en llamas. Las posibilidades de salir ilesos eran pocas, por lo que trataron de salvar a su hijo.
En un acto de valentía, lanzaron al niño por la ventana, a la espera de que alguien lo atrapara a tiempo. El bebé cayó en los brazos de un atento bombero.
El pequeño salió ileso del incendio, muchos de sus familiares, dos de sus primas, su tía embarazada incluyendo a su hermano mayor murieron, mientras sus padres sobrevivieron al final de la jornada.


Las declaraciones de las dos niñas y la certeza de que el edificio estaba habitado solo por familias turcas despertó también la sospecha de que el ataque puede tener un origen racista, al igual que sucedió hace 15 años en la ciudad de Solingen, cuando tres jóvenes neonazis incendiaron una casa habitada por una familia turca. En aquella ocasión murieron cinco personas.

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