El Caldero Mágico (1985): Reseña y crítica de la película

The Black Cauldron, es una película de Ted Berman y Richard Rich que significó o cortísimo cambio en el esquema de Disney que culminó con un sonado fracaso de taquilla en plena decadencia de Disney.

Basada en su mayoría en Las Crónicas de Prydain escritas por Lloyd Alexander y publicadas de 1964 a 1968, la cinta se sale del registro de Disney, fue un intento de acercarla a otras temáticas, tanto es el descalabro que la princesa Eilonwy, es las menos conocida en la historia de la casa productora de dibujos animados.

Es un producto extraño no por la temática en sí, sino por algunas escenas escabrosas del ejército del villano en turno que es un villano mal construido con un final casi anecdótico, pero extrañamente muy oscuro.

Esta cinta es un ejemplo de trama gratuita donde muchos elementos se convierten innecesariamente en Macguffin al carecer de un trasfondo necesario, personajes mal estructurados y excesivamente infantiles, cosa curiosa, es una de las pocas películas Disney que no tuvieron un musical otra de las cosas curiosas es el personaje Gurgi cuya voz es una derivación de la voz del pato Donald que tiene un enorme parecido a la voz de Gollum de Andy Serkis.

La trama es de lo más básica, un cuida puercos de nombre Taron que vive junto a un viejo mago Dallbel, la cerdita Hen Wen parece que tiene algún tipo de poder, pues el Rey del Mal la desea para obtener el caldero mágico con el cual planea construir un ejército de muertos vivientes.

Taron va de paseo con la cerdirta que pierde al imaginarse que es un caballero famoso, se encuentra a un extraño y molesto animal de nombre Gurgi, quien se le pega empeñado en convertirse en su amigo.

La cerdita es secuestrada por unos seres parecidos a dragones llamados, Gwythaints.

Al rescatar a la cerdita, se encuentra con dos prisioneros de castillo del Rey del Mal, Princesa Elena y Flausto Flama (tenemos una de las pocas escenas en películas de Disney con sangre que deben ser entre 8 o 9). Juntos escapan con una espada mágica.

Taron deberá encontrar el calderó mágico y destruirlo, pero para ello tendrá que hacer un gran sacrificio, alguien tendrá que dejarse caer dentro por su propia voluntad.

Crítica
La idea no era mala, por desgracia tiene todos los elementos para convertirla en un fracaso, en especial el tema de la cerdita que no tiene ni pies ni cabeza, la cinta es oscura e infantil al mismo tiempo, algunos personajes son anecdóticos o completamente Mcuffin.

El intercambio de la espada del rey por el caldero.

Elementos como la espada, la magia de la princesa, son cosas complementarias a los libros, libros que por supuesto nadie leyó conocía entre el público objetivo.

Momento Simba.

Taron en especial es terriblemente convencional, quizás el mejor personaje es la misma princesa Eilonwy aquí llamada Elena, igualmente una princesa completamente ausente de Disney, pero con sus momentos.

Cuando un animal que habla es odioso.

La desgracia para Disney fue doble, su política de restrenos cada siete años y el ver sus cintas como joyas de arte, evitó que se aprovecharan de la venida de los formatos de cinta magnética como la Beta y el VHS, cosa que tendría que cambiar.

La princesa y el beso inocente.

El Caldero Mágico representó un intento de traer de vuelta el cine de fantasía épica con influencias de todo tipo, no había musicales, pero tampoco desarrollo de personajes, tiene momento más adolescentes que infantiles.

Como consecuencia obligó a cambios dramáticos en la dirección de Disney, en Disney Animation se pensaba que tenía el riesgo de cerrar la división ante las otras divisiones exitosas de la compañía, cosa que no ocurriría hasta la llegada de Pixar que supuso el despido de cientos de animadores tradicionales. Michael Eisner entró para una nueva etapa que se separó de las políticas que mantuvieron en números rojos durante casi tres décadas.

No llega a ser una película de culto, tiene grandes ingredientes, pero mediocremente revueltos y sin la decisión final para darle esa profundidad que necesitaba, no se puede cumplir con dos públicos pensando solo en el primero y no en la historia.

Sobre los libros de Lloyd Alexander, no creo que tenga las tripas para leerla, aunque se explican esas partes que en la cinta no se abordaron en absoluto.