Un juez había ordenado la vuelta de Paris Hilton a la prisión al entender que ella mintió al asegurar que estaba traumatizada y precisaba recibir tratamiento médico
La joven millonaria fue liberada el jueves pasado y ganó el derecho de purgar la pena por medio de la prisión domiciliaria en su lujosa residencia de Los Ángeles.
La joven heredera del imperio hotelero había llamado a un Spa de Beverly Hills para atenderla en su residencia, con derecho a bronceado artificial y otros tratamientos estéticos que le costaron más de 100 mil dólares.
Fueron los propios guardias de seguridad que cuidaban para que Hilton no pudiese salir de casa que la denunciaron a las autoridades, que inmediatamente decidieron que ella no podría seguir beneficiada con la pena sustitutiva.
Vaya pedazote de chorlito fue la Paris.
Y no es para menos, su caso se volvió pronto un asunto mediático y luego político, pues no pocas voces vieron esto como una de falta justicia para un infractor residente, que mediante una quirúrgica sonrisa dice: ¡Lo siento, Ji, ji!
El tiro le salió por la culata y le restituyeron su condena a la original de 45 días.
Pero la comedia no termina, la más tonta de América, hace un puchero en prisión tal niña castigada y a estas horas su bulímica forma se mantiene sin probar bocado.
Para muchos la frase de Paris en este caso sería: Prison is too hoot!, nada más lejos de la verdad. Je.
Cosas interesantes
(¿Se supone que se va a la cárcel a divertirse contra el stress o que?)
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